“Midnight” de Sisí y Manero: Un cómic de aventuras fantásticas para toda la familia

Internet es un espacio donde se desdobla la realidad, como un folleto desplegable que multiplica los sucesos. Allí, en eso que llaman las redes sociales porque nos enredan a todos en una maraña de conversaciones cruzadas, me enteré de la próxima aparición de un cómic de fantasía en clave de humor dirigido a toda la familia. Se trata de Midnight, con guión de Carlos Sisí e ilustraciones de Ittai Manero y bajo los auspicios de Planeta de Agostini, que llegará a los lectores este otoño. El escrito malagueño es bien conocido gracias a su trilogía zombi Los Caminantes (2009), Necrópolis (2010) y Hades Nébula (2011), a la novela de terror psicológico Edén Interrumpido (2012), al thriller La hora del mar (2012) y Panteón, una obra de ciencia ficción ganadora del Premio Minotauro 2013. Por su parte, el tarraconense Ittai Manero lleva toda su vida dedicado al dibujo, pintando retratos y colaborando con fanzines de producción propia o ajena. Ahora trabaja en Serie B Studio, donde compagina su labor como ilustrador con su trabajo como profesor de cómic. A continuación os ofrecemos una entrevista a tres bandas que conseguimos organizar con el dúo pensante detrás de Midnight justo unos días después de su aparición en el último Salón del Cómic de Barcelona. Podéis disfrutar de esta conversación en inglés en nuestra segunda casa, el blog imprescindible Sense of Wonder de Elías Combarro.

 

Cristina Jurado: Me gustaría comenzar pidiéndoos que cada uno presente al otro.

Ittai Manero: Pues aquí, el caballero Don Sisí, que tuvo el buen ojo de aceptarme en su seno cuando apenas me conocía, con una ilusión tremenda cuando le comenté que su cómic Magic Knight, como se llamaba entonces, tenía un potencial enorme a mis ojos. Es un escritor sublime y mejor amigo y persona, que sabe escuchar y decirte justo lo que necesitas oír en el momento adecuado para que puedas sacar lo mejor de ti mismo. Pues lo acabo de comprobar y nos conocimos en agosto de 2012.

Carlos Sisí: Este currante nato se llama Ittai Manero. La verdad es que Midnight nunca hubiera arrancado sin él… se acercó a mi con unos dibujos de Knight y le comenté la posibilidad de hacer el cómic. No teníamos contrato, ni ninguna garantía, pero aún así no dudó en dedicar una ingente cantidad de talento, esfuerzo y tiempo, en apostar por algo que a ambos nos parecía bueno. Y salió El proceso fue divertido y maravilloso: hemos hecho muy buenas migas y yo le llamo «amigo». Hay una moraleja aquí escondida probablemente, aunque ahora mismo solo puedo pensar en sardinas picantes, no sé porqué.

 

CJ: Carlos ¿Qué aporta el estilo de dibujo de Ittai Manero al comic?

Ittai: ¿Qué viste en Magic Knight que te dio ganas de dibujar el comic?

Manero: Probablemente fue el haber leído previamente unas tiras cómicas que Carlos tenía en su Facebook junto con las 4 o 5 páginas que tenía de Magic Knight. Se llamaban «La tira de Dan», y me parecían tremendamente ingeniosas. Incluso el dibujo de Carlos me parecía que le venía al dedo. Me pareció que él tenía muchísimo potencial para los cómics, y aunque sigo creyendo que él por sí solo podía lograr algo muy molón (dibujo incluido) yo sentía unas ganas muy grandes de formar parte de eso y que colaborásemos en algo. Y entonces estaba Knight. Empecé a hacer cuatro bocetos y en seguida me enamoró.

El escritor malagueño Carlos Sisí

Sisí: Ittai le ha dado a Midnight un estilo entrañable, con el suficiente nivel de detalle, pero al mismo tiempo, visualmente sencillo. Y el color es glorioso. Knight es una molonosidad hecha dibujo, entra por los ojos, lo he visto en el Salón del Cómic y en los comentarios de Facebook. Nadie ha leído nada aún, nadie sabe exactamente quién es, pero ya hay fanart, gente que pide camisetas, muñequitos de fieltro y un escultor profesional que está haciendo un muñeco Todo eso, sin el dibujo de Ittai, se habría quedado en nada.

 

CJ: ¿Qué es Midnight para tí Carlos Sisi? ¿Y para tí Ittai Manero?

Manero: Midnight para mi es… un hijo. Y si no lo es, se le parece mucho, porque no veas lo que me costó «parirlo». Suerte que los guiones de Carlos son súper divertidos de dibujar, y él también me deja mucha libertad a la hora de plantear ciertas cosas en la página. Fuera bromas, en realidad lo más complicado fue hacerlo mientras trabajaba nueve turnos semanales en un hotel de Londres. Imagino que si en su lugar lo hubiera dibujado tumbado en una playa caribeña habría tardado menos y no me habría agobiado tanto. En cualquier caso, es en situaciones como esta cuando al final del camino, cuando ves el fruto de tu duro trabajo, valoras más todo lo bueno que luego te ocurre en consecuencia. Y puedo decir que no podría estar más feliz de que nuestro retoño vaya a salir nada menos que con Planeta de Agostini en España (cosa que dicho sea de paso tampoco ha sido coser y cantar).

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Sisí: Midnight es un «labour of love». El personaje principal, Knight, nació en mi adolescencia, lo dibujaba en las pizarras de las clases y en todos los libros de texto que caían a mi alcance. Hice cómics y un montón de dibujos de todo tipo. Era un símbolo más o menos inconsciente, un yo encerrado en una armadura, alguien con un rico mundo interior, magia dormida, un explorador de un mundo siempre cambiante. Lo rodeé de cosas que me gustaban, una torre en mitad de un lago en un bosque donde siempre era de noche, fiestas de té y una amiga muy especial que se llamaba Alicia. Verlo ahora en un tomo dibujado profesionalmente y con ese aspecto maravilloso es mucho más que la consecución de un sueño, es una sensación increíble que te dice: «Si lo persigues, lo consigues».

 

CJ: ¿A quién se dirije Midnight y qué quiere conseguir?

Sisí: Creo que he mencionado antes que Midnight es un «Labour of Love», y es exactamente eso. Podíamos haber hecho cosas comercialmente más viables… tengo el universo de Los Caminantes, e historias como Panteón que seguramente quedarían genial en un cómic, pero MIDNIGHT era algo que teníamos.. que queríamos hacer. Es algo que me produce una ilusión tremenda. Poder enseñar el mundo de Knight a quien quiera asomarse a él es algo que me motiva muchísimo. Surge, en resumen, de una necesidad esencial, básica y pura de crear algo que es bonito y entrañable. Tuvimos mucho cuidado de hacerlo apto y recomendable para niños, pero los adultos lo disfrutarán también, sin duda. Nosotros lo hacemos, y queremos seguir haciéndolo. ¡Hey, hemos escondido un montón de referencias y guiños frikis en sus páginas!

El ilustrador Ittai Manero

Manero: Considero que Midnight es una oda a la aventura. Quiere conseguir que al lector adulto se le forme una sonrisilla en los labios a la par que va conociendo a los muchos y entrañables personajes que habitan sus páginas, desde el propio Knight, pasando por su gato Agatón, el guerrero Dwain, el espectro Banshee… Pero sobre todo, lo que en el fondo queremos, es que los lectores más jóvenes se queden embobados con las peripecias del «garbanzo azul» y sus amigos y se sientan parte de un viaje lleno de aventuras. También, como dice Carlos, nos hemos asegurado de que puedan disfrutarlo personas de todas las edades y a distintos niveles… Y los más frikis encontrarán un montón de jugosas referencias al mundo del fandom.

 

CJ: Ittai ya ha apuntado pinceladas sobre varios personajes: ¿Podríais presentarlos uno cada uno?

Sisí: Con el tiempo he llegado a cogerle un cariño especial a Banshee. Es un espíritu atormentado, un fantasma que hizo grandes maldades en vida y que ahora trata de purgar sus pecados ayudando a Knight a solucionar los problemas que surgen en el primer libro. Me gusta su expresión siempre austera, reflexivo, y su capacidad para enfrentarse a las vicisitudes entrando en fase, atravesando paredes, y lanzando ectoplasmas. Eso le agota, así que tiene que descansar de vez en cuando. Creo que de todos los personajes próximos a Knight, es el más cabal.

Manero: Bueno, tenemos a Knight, guardaespaldas del Rey y protector del Reino, como hilo conductor de la historia a través del cual iremos conociendo a muchos otros personajes. Uno de los primeros es Banshee, pero también está Dwain, un guerrero tesobita que acudirá al socorro de Knight y compañía en más de una ocasión. Este, junto a Banshee y el «garbanzo azul», conforman el grupo principal de protagonistas de MIDNIGHT, amén de muchos otros personajes secundarios.

Sisí: Tenemos una broma interna. Ittai prefiere a Dwain y yo a Banshee; siempre le amenazo con hacerlo desaparecer en un futuro volumen si no atiende mis exigencias más descabelladas

Manero: Knight tiene un gato llamado Agatón que es mucho más de lo que parece a simple vista. Luego están los fantasmas, los necrófagos… También hay otros que no podemos desvelar aquí porque se perdería parte de la gracia de la trama.

 

El pequeño héroe azul, en acciónCJ: Escribir novelas o incluso relatos es distinto a desarrollar un guión para comic, donde la historia general nunca se resuelve completamente (en el sentido de que se siguen las aventuras de un personaje ad infinitum) aunque cada capítulo de esa historia sí sea auto-conclusivo (cada aventura empieza y finaliza). ¿Qué decisiones comporta escribir cómic que no comporta la novela?

Sisí: No sé si alguien se llevará las manos a la cabeza, pero para mi no muy es diferente una cosa de la otra. La novela es un medio para contar historias, el cómic también; a nivel de historia, de composición, de ejecución…. no me resultan mundos antagónicos. Visualizo cosas y las describo con palabras, en ambos casos, Ittai solamente las interpreta y las hace reales con sus lápices, ¡pero el lector de una novela también lo hace, en su mente! No es diferente de hacer fotos de juguetes… cuento historias jugando con la composición, la luz… Si tuviera otros medios a mi alcance, los usaría también: Un equipo técnico y artístico para hacer cine o videojuegos, por ejemplo. Inventar y transmitir, es de lo que se trata con todo esto. Midnight es muy diferente de otras cosas que he hecho porque es muy dulce y divertido, y las imágenes, el color… ayudan mucho en ese caso.

 

CJ: Lo que está claro es que ambos lo habéis pasado de miedo con este proyecto ¿me equivoco?

Sisí: Es súper ilusionante, Cristina, no te lo puedo explicar, y se supone que me gano la vida con las palabras El día que lo vea en la estantería… Hace poco un autor me decía que… «Hombre, es mala época para el cómic en España…. si lo hubieras hecho de tal o de cual, que vende mucho…» Pero no se trata de que funcione a ese nivel. No se trata de ventas. Se trata de que llegue, de que contacte con las personas adecuadas y lo tengan en sus casas como algo bonito que ojear de vez en cuando Eso es mucho. Es todo

Manero: Yo me lo he pasado terroríficamente. En todos los sentidos. La verdad es que encargarse de toda la parte gráfica es un montón de trabajo, a veces incluso duro. Pero sí es verdad que en retrospectiva me lo paso muy bien

 

CJ: ¿Cómo se desarrolla el proceso de trabajo entre los dos?

Manero: Por razones personales este ha sido un proyecto que hasta ahora hemos ido desarrollando en nuestros ratos «libres», por así decirlo. Lo digo porque probablemente el proceso de trabajo ha sido un poco distinto a lo que sería habituaFoto 29-05-2014 13 48 02l. Más o menos así: Carlos me escribía el guión de una página. Luego yo la abocetaba y se la enviaba para comentarla juntos. Si nos convencía a los dos, yo procedía al entintado (tradicional) y al color (digital). En alguna ocasión, tras terminar el proceso de entintado se ha visto mejor y ha habido que repetir alguna viñeta, pero la verdad es que Carlos y yo congeniamos muy bien y esto no ocurre casi nunca

Después él me escribía la siguiente página, y vuelta a empezar. A veces, si Carlos veía que yo estaba muy ocupado y no tenía tiempo en esos momentos, aprovechaba y me escribía dos o más páginas del tirón. En definitiva, preferimos divertirnos lo máximo posible durante el proceso, de ahí que digamos que Midnight es un «labour of love».

Sisí: En resumidas cuentas, el 90% del tiempo yo miraba cómo trabajaba Ittai. Ser guionista es una pasada, me encanta

 

CJ: ¿Quiénes son vuestros referentes a nivel narrativo y visual?

Manero: Algunos referentes son Hora de Aventuras, los primeros álbumes de Superlópez del maestro Jan… Personalmente añadiría también Los Pitufos de Peyo, Atlas & Axis de Pau… Y tantos, tantos otros.

Sisí: Veamos. Hora de Aventuras, Terry Pratchett, clásicos como Alicia en el Pais de las Maravillas, El Mago de Oz o La Historia Interminable, los primeros álbumes de Superlópez de JanDungeons & Dragons, muchísimos videojuegos antiquísimos y modernos como The Hall of Things, las peripecias por las cuevas de El Hobbit y Colossal Cave… es una mezcla de todo eso y un poco más

Proceso de entintado de una página de «Midnight»

 

CJ: Carlos ¿podrías decirme algo de Ittai que nadie sepa? Ittai, ¿podrías hacer lo mismo respecto a Carlos?

Sisí: Ittai es un… trabajador nato. Y tiene un fondo increíble. Midnight nunca habría sido posible sin su apasionada entrega, dibujando por las noches después del trabajo, incansable. No le importa rehacer y rehacer para sacar de él lo mejor de si mismo. Si veía que algo podía quedar mejor, lo hacía, y yo le decía: «Pero tendrías que cambiar las treinta páginas anteriores», y él contestaba: «Si, ¿y qué?» Sé que muchos habrían caído en el desánimo, o habría sido tentado por otros proyectos más inmediatos, que esta apuesta extraña. A mi me gusta pensar en las sincronicidades raras que hacen que la vida de un salto y vaya por un camino o por otro, e Ittai fue un elemento que cayó delante de mi en el momento oportuno. Me alegro tanto de haberlo sabido ver….

Manero: Oh, vaya, menudo marrón. Carlos es un tipo de lo más entrañable. Y esto es algo que los que le veis ahí día a día, compartiendo sus cosillas en las redes sociales, lo sabéis de sobras, porque es una persona abierta, amigable y brutalmente sincera. La cercanía que le caracteriza no es habitual en el mundillo y por ello le estaré eternamente agradecido. Porque no le importó compartir conmigo algunos ratos en privado cuando todavía no me conocía ni sabíamos que íbamos a acabar haciendo algo como Midnight, solamente charlando ilusionados sobre las muchas posibilidades de hacer una cosa chula con unos personajes suyos que (se le notaba a mil leguas) él adoraba. Parecía incluso agradecido de que yo me hubiese fijado en ellos. No sé si habremos hecho algo bueno, pero la sensación constante de haber hecho algo que a nosotros mismos nos llena e ilusiona y el deseo sincero de que cuando llegue a las manos de la gente, mayores y pequeños, lo disfruten tanto como nosotros hemos disfrutado haciéndolo… Bueno, eso sería algo impagable. Y nada de esto habría sido posible sin la cercanía y humildad de Carlos aquel agosto de 2012, cuando le abrí un privado y le dije algo así como «Oye, cómo molan las páginas de tu cómic del caballero mágico. ¡Les veo un potencial enorme!»

 

“Alcatraz versus the Evil Librarians”: Convertir la torpeza en magia

El primer libro en el que pensé cuando se planteó realizar en El Fantascopio un especial sobre el humor y la ciencia ficción no fue La guía del Autoestopista Galáctico, como cualquier aficionado que se precie habría elegido, sino una novela dirigida a jóvenes adultos de Bradon Sanderson que lleva por título Alcatraz versus de Evil Librerians (2007). Fue mi amigo y compañero Miquel de La biblioteca de Ilium
quien me animó a leerlo al comentarme someramente la idea en la que se basada la primera entrega de una serie que incluye los títulos Alcatraz versus the Scrivener´s Bones (2008), Alcatraz versus de Knights of Crystallia (2009) y Alcatraz versus the Shattered Lens (2010).

 

Tuve la oportunidad de leerlo junto a mi hijo Sam, que tiene 10 años y que había terminado la serie Diary of a Wimpy Kid. Le pedí a Sam que describiera con sus propias palabras el libro para los lectores del blog, y esto fue lo que me dijo:

“This book is about a family that has useless powers but these powers come in handy to save the world. The main character is called Alcatraz. He was named after the best prison in the United States. He has a family that contains these weird powers and he is trying to save the world from the evil librarians (in the first book of the series). In the beginning of the book it was Alcatraz´s birthday. His parents died and for his birthday by surprise he got an special bag of sand, that was from his parents!” (texto original, cortesía de Sam)

“Este libro trata de una familia que tiene poderes que no sirven para nada, pero esos poderes resultan muy útiles para salvar el mundo. El protagonista se llama Alcatraz. Su nombre es el de la mejor cárcel de los Estados Unidos. Su familia tiene todos esos poderes raros y él intenta salvar el mundo de los bibliotecarios malvados (en el primer libro de la saga). Al principio del libro, es el cumpleaños de Alcatraz. ¡Sus padres, que habían muerto, le regalaron por sorpresa una bolsa especial llena de arena!” (traducción, cortesía de la mamá de Sam)

Antihéroe juvenil

Lo primero que llama la atención de esta novela fantástica es la manera en la que se presenta el protagonista, el famoso Alcatraz, que se describe así mismo desde el principio como una persona poco recomendable.

I am not a good person

La anterior es la frase con la que se abre la historia. La impresión inmediata en el lector es la de extrañamiento al encontrarse con un narrador que admite no ser un modelo moral, más aún, que es un canalla al que todo el mundo toma por héroe.

My purpose is to open your eyes to the truth. I know that in writing this I shall make few friends in either world. People are never pleased when you reveal that their belief are wrong.But that is what I must do. This is my story – the story of a selfish, contemptible fool. The story of a coward.

El enganche por parte de la audiencia joven está asegurado. Presentarse como un “héroe a su pesar” es una fórmula que atrae inmediatamente la atención de las mentes jóvenes, que pueden identificarse con un personaje con dudas, que se cuestiona, que reconoce no ser perfecto pero que, contrariamente a lo que pudiera parecer en un primer momento, es capaz de salvar la situación.

My name is not Alfonso, Alan, or Alfred. Nor is it Alejandro, Alton, Aldris, or Alonzo.

My name is Alcatraz. Alcatraz Smedry. […] And that why I figured that my parents must have had a twisted sense of humor. Why else would they name their child after the most infamous prison in U.S. history?

La historia que sigue a continuación está repleta de aventuras salpicadas de comentarios y apreciaciones cómicas, basándose en una premisa utilizada por una de las sagas fantásticas más famosas del mundo de la literatura y la cinematografía: los libros de Harry Potter. En el universo de Alcatraz, también existe un mundo paralelo al “normal” en el que la gente es capaz de producir magia. La diferencia es que no se trata de los poderes mágicos al estilo clásico, sino más bien de torpezas extraordinarias, en un claro guiño a la saga de Rowling. Alcatraz posee una muy valiosa: rompe cosas. Sin querer, a su pesar (como decía anteriormente), con solo acercarse a un objeto, éste se cae hecho pedazos, deja de funcionar o provoca alguna catástrofe en los espacios adyacentes. Antes de cumplir trece años, la vida del muchacho es un continuo peregrinaje por hogares de acogida en los que se queda poco tiempo porque todo lo destroza sin querer. Su actitud pasota hacia su situación y su propia identidad se mezcla con una especie de resignación con respecto a los acontecimientos calamitosos que se van encadenando en su vida.

Brandon Sanderson

Me gusta la manera en la que Sanderson crea a su antihéroe juvenil, construyéndole unas circunstancias que justifican su tono gamberro, de auto-menosprecio y hasta cínico a veces. Durante sus aventuras, conocerá a parte de su familia biológica y salvará al mundo “normal” de la amenaza de unos villanos tan inusuales como los bibliotecarios del lado mágico de la realidad. Entre sus familiares destaca Granpa Smedry -el abuelo que siempre llega tarde-, su primo Sing Sing Smedry –que se tropieza y cae a tierra-, o su otro primo Quentin Smedry –capaz de decir tonterías sin parar. A ellos se une Bastille, la joven caballero de la misma edad que Alcatraz que sirve como una especie de guardaespaldas al abuelo del muchacho.

Como veis, la historia aparejada por el norteamericano incluye todos los ingredientes necesarios para resultar un pasatiempo entretenido a cualquier adolescente: aventuras, descripciones jocosas, personajes cómicos y diálogos hilarantes. Cada uno de los veinte capítulos empieza con una introducción que auto-desacredita al narrador, que si bien divierte al principio, resulta un recurso demasiado cargante hacia la mitad. Sanderson emplea demasiada energía en sembrar la duda sobre el personaje desde cuyo punto de vista accedemos a la historia, y es mi opinión que abusa de ello. El lenguaje se pliega a las exigencias de una audiencia joven, con expresiones directas y sencillas que resultan familiares y divertidas. Aquí van algunos de los fragmentos que más gracia nos hicieron:

“It means I have to wear a different disguise fromthe rest of you,” Sing explained. “That way, I won´t stand out as much. If I look like a foreigner to America, people will ignore me.”

“Neither my mother not my dog diez in this book. I´m rather tired of those types of stories. In my opinion, such fantastical, unrealistic books – books in which boys live on mountains, families work on farms, or anyone has anyhting to do with the Great Depresion.” 

“And what is your Talent?” I dutifully asked.

“I can say things that make absolutely no sense whatsoever.”

“I thought everyone here had that Talent,“ I noted.

Nobody laughed. Free Kingdomers never get my jokes.

 

 

Authors write books for one, and only one, reason; because we like to torture people.

 

 

“I say,” said a Triceratops. Do you think he´s mute? Does anybody by chance know sign language?”

Which sign language do you mean?” asked the Pteridactle. “American primitive, New Elshamian, or Librarian standard?”

“My hands aren´t articulated enough for sign language,” noted the Tyrannosaurus Rex. “That´s always been rather a bother for deaf member os my subspecies.”

 

Dice Sam que el libro es “awesome”, que Alcatraz es un nombre “funny” y que le pasan unas cosas muy “cool”, así que supongo que podemos considerar esta prueba como superada. Quizás sea un poco joven para comprender algo del humor que se esconde detrás de ciertas expresiones, pero es una lectura ágil y entretenida en líneas generales, con el tono gamberro (irreverente, diría yo) tan del gusto de los adolescentes. Se trata, sin embargo, de una novela que también puede apelar al público adulto, y si se lee conjuntamente con un hijo/a, os aseguro que es una experiencia fantástica que recomiendo a todos.

Espero que Sam siga leyendo la serie, que siga disfrutando de los libros y que no le importe escribir alguna otra reseña o similar por aquí.

Esta reseña aparece en el especial del El Fantascopio dedicado al humor y la ciencia ficción

 

Entrevista al chileno Jorge Baradit: Organizando la locura

En Chile vive, trabaja y escribe un tipo llamado Jorge Baradit. En 2005 la casualidad hizo que su primera obra Ygdrasil llegara a las manos de Ediciones B Chile. Al año siguiente la precuela de aquella historia, titulada Trinidad, ganó el primer premio UPC a la mejor novela corta de ciencia ficción y pasó a ser editada en España en 2007. De esta forma germinó la trayectoria literaria del chileno que, desde entonces, ha publicado Synco (2008), la obra juvenil Kalfukura (2009), CHIL3: Relación del Reyno (2010), la novela gráfica La policía del Karma (2011), y Lluscuma (2012).

El escritor chileno Jorge Baradit

Este diseñador gráfico vinculado al mundo de la publicidad y la comunicación, antiguo integrante de una banda de punk rock, Baradit entiende el lenguaje como una enfermedad de transmisión oral que lo posee y lo convierte en una energía creativa en estado puro. De este modo erige mundos alternativos, como un arquitecto cosmopolita programado por una tradición oral antigua, incrustada en la médula del continente que lo vio nacer, y regurgitado al calor de los tiempos modernos, contradictorios y mareantes. Profundamente comprometido con la realidad social del país que lo parió, Baradit es un ser hiperactivo, una anomalía ocurrente, un demiurgo freelancer, un espíritu terabyte, un jongleur de la vida que nunca cesa de concebir y contar lo concebido, porque no hay nada más sublime que crear algo de la nada. Después de todo, y como dijo el argentino Isidoro Blastein, A lo mejor escribir no sea más que una de las formas de organizar la locura”.

Podéis disfrutar de esta entrevista en el lenguaje de Shakespeare en el magnífico blog Sense of Wonder de Elías Combarro, incansable compañero de fatigas.

“Soy un monstruo en resistencia”

Cristina Jurado: ¿Qué hizo que te engancharas a la ciencia ficción, la fantasía y el terror?

Jorge Baradit: No me interesa lo cotidiano. Hay otros mundos. Mis ojos miran más hacia adentro, ¿para qué intentar replicar lo que ya veo si hay otros mundos, explosiones de supernova y civilizaciones completas intentando salir a empujones por todos lados? Hay universos completos esperando allá afuera a ser descubiertos o sencillamente creados, no me interesa esta realidad descafeinada de borregos que la mente, ese gran fascista, intenta convencernos de habitar. Soy un monstruo en resistencia.

CJ: En tu blog dices: “Hace tiempo que andaba buscando que pescaran esa definición de lo que pretendo: la recuperación de nuestras raíces a la luz de la tecnología, la reinvención, no el parricidio. La tecnología como esa otra forma de magia que nos llega sin ningún esfuerzo desde otros mundos, que a veces se sienten tan lejanos como el mismo Júpiter. No podemos prescindir de Macondo porque estamos en Macondo, la diferencia es que ahora llegó el Wi Fi y la fibra óptica. Mucho psilocibe en el aire, mucha machi, mucho iPod. Un continente completo en estado alterado de consciencia.” ¿Qué es el realismo mágico 2.0?

JB: En Chile se hacen intentos constantes por sacarse de encima el estereotipo y la caricatura de «lo latinoamericano», el mexicano sucio sentado en el suelo de la estación de trenes, la inoperancia de los servicios y la inestabilidad política. Hubo incluso un movimiento literario a fines de los ’90, llamado McOndo que buscaba «dar vuelta la página» sobre el asunto y declararnos fuera del estereotipo, nos gusta vernos más urbanos, más cercanos a New York, menos indígenas, menos «izquierdosos», liberales pero evitando la imaginería popular latinoamericana. Todo es una soberana porquería porque ni somos gringos, ni Santiago es Manhattan, ni podemos esconder a nuestros indios bajo la alfombra. Entonces, quise decir que no es que hayamos superado nuestro mestizaje como una etapa de transición poco deseable, sino que nada se ha superado, todo sigue presente y no hemos salido de Macondo, quizá le hemos puesto fibra óptica y mejorado las carreteras, quizá tengamos cajeros automáticos funcionales y nuestros servicios estén a la altura de cualquier país desarrollado, pero la ayahuasca, las extensiones inexploradas, los pueblos originarios siguen acá, para mayor riqueza de nuestro territorio físico y mental.

CJ: Si como decía William Burroughs, el lenguaje es un virus. ¿Es todo escritor un propagador empedernido?

JB: Prefiero la definición del lenguaje como enfermedad de transmisión oral. Una enfermedad rara porque permite sanar. El lenguaje es un tipo de cirugía. La posibilidad de visualizar las intervenciones de las palabras en nuestro cuerpo mental es atroz. El daño mental que podemos producir con una frase mal ubicada, la inoculación diaria de gérmenes a través de lo que nos decimos, gritamos y susurramos. La completa irresponsabilidad con que manejamos la gramática, la radioactividad a la que nos sometemos cuando abrimos y leemos ciertos libros infecciosos. Un escritor es alguien que fabrica cócteles molotov de 300 páginas que la gente se traga, máquinas de tortura sináptica y órganos infestados de bacterias que manipulamos con irresponsabilidad. No vemos el daño, la fiebre, la hemorragia. Nos inyectamos venenos que nos deforman el alma, la mente, que nos hacen estallar felices el hígado, drogados y alucinados, vemos a dios. Me imagino cómo nos veremos realmente si tuviéramos los instrumentos apropiados. Yo, al menos, apuesto por tentáculos y cabeza muertas colgando de mi zona lumbar, por lo menos.

CJ: Eres publicitario y esa formación hace que seas muy cuidadoso a la hora de diseñar los mensajes creativos que desarrollas. ¿Crees que tu profesión influye en tu obra? ¿de qué manera?

JB: Muchísimo y en los dos aspectos en que manejo su obra: su producción y su difusión. Me manejo como la clásica dupla del diseño: el de los piercings y el de corbata, el creador y el administrador. Son compartimentos estancos que no se filtran. El creador explota y deja las paredes manchadas con sangre y luego entra el administrador y ve qué puede hacer con eso, no hay comercio entre ellos.

Por mi educación en diseño y arquitectura trato de visualizar y hacer visualizar el entorno y lo que ocurre quizá con más interés y detalle que si no la tuviera. Hay interés en el objeto, su textura, su brillo; goce en la consistencia del tipo de metal que atraviesa cierto tipo de órgano, la manera en que se sostiene la estructura ósea del pabellón donde ocurren los eventos. Y como soy escritor me agrada proyectar ese espesor de realidad hacia la gramática, haciendo continuar la materia hacia la poesía, donde se pierde y se hace ininteligible. Mi educación en comunicación también ha resultado imprescindible para sentir esa necesaria responsabilidad de hacer ver, sentir y oler “específicamente” lo que quiero comunicar al lector, ni más, ni menos, ni otra cosa, sino lo que quiero con todo detalle y justeza hacer sentir a quien lee.

Por otra parte, mi educación en las artes visuales me hace sentir con fuerza que la literatura es solo un aspecto de la narración, que existen muchas plataformas desde donde enriquecer el relato: videos, música, ilustraciones, comic, transmedia, redes, gaming. Y que finalmente la gran narración puede surgir de la interacción de todos estos elementos, donde el libro funcione como una parte de un universo que se complementa en base a múltiples estímulos, pero no a la manera en que se practica hoy en cine y gaming, donde hay un elemento central poderoso y satélites que agregan color nada más, me interesa la conformación no de un sistema solar sino de una molécula donde las partes sumadas generen «la obra», suspendida en la iNet y con patas en el mundo físico, en el softworld y en el hardworld.
Una última cuestión tiene que ver con la difusión. Como un obrero de las comunicaciones, me interesa conseguir que lo que hago llegue a la mayor cantidad de gente posible. Considero esa interacción con el lector como parte de la obra. Pero más allá de la simple publicidad, me interesa la creación de comunidades activas en torno a mundos creados, me interesa la inteligencia colaborativa. Mucho de la obra en torno a mis libros ha nacido de la colaboración con músicos, cineastas, ilustradores, ingenieros, programadores, videístas y personas sin oficio artístico que aporta solo por la inspiración que le produce el mundo creado. En la comunidad en torno a lo que hago me gusta que se hable de fantasía, pero también de política, me importa la participación ciudadana. La ciencia ficción es sin duda el género más político de todos, la necesaria creación de un modelo de sociedad para escenificar las historias hace necesario el ejercicio del músculo político del escritor con o sin su participación consciente, y es lugar común decir que la ciencia ficción ha sido el mejor reflejo de la sociedad a lo largo de su historia.
Los libros, son solo un aspecto de la obra toda.

La Policía del Karma

“Mi labor es recoger estos fragmentos radioactivos, estas singularidades y construir un golem con ellos”

CJ: ¿De qué manera afrontas el desarrollo de una historia? Cuéntanos tu proceso de concepción, desarrollo y parto de tus obras

JB: Durante el día la cabeza funciona y produce muchas imágenes basura, la mente genera millones de aproximaciones aleatorias que el consciente desecha o utiliza como palanca para otras ideas o herramientas más «útiles». Hay un nivel en el que la consciencia trabaja para establecer un puente con el mundo donde se eligen velozmente las formas que calzan con lo que estoy construyendo, como quién dispara millones de piezas de rompecabezas por agujeros y solo las que coinciden pasan, son aprobadas y utilizadas para construir la estructura que deviene idea. Pero por debajo de ese puente corre un río de materia prima intocada, de embriones deformes, de fetos no viables, trozos de máquinas, cables y fragmentos de ideas sin sentido. Trabajo con ese low level de la mente. Me gusta coleccionar esos pedazos de esquirlas, experimentos fallidos, prototipos feos.
Además, cuando vivimos, intentamos mantener en un punto ciego todo aquello que ocurre y que el censor interno prefiere ignorar para no volvernos locos, como saber que en pocos años más muchos de los que leen estas líneas estarán bajo tierra y su mente dispersa en la nada, que nuestro planeta viaja a 107.000 kmh junto al sistema solar, seguramente girando como el resumidero de una tina de baño hacia el agujero negro en el centro de nuestra galaxia, que vivimos aferrados a una de las esquirlas de una gran explosión que no termina de expandirse, que tenemos en nuestro interior colonias de virus y bacterias asesinas, toxinas y venenos que no nos destruyen porque un delicado equilibrio las mantiene a raya. En mi país, en el lapso de una semana hubo un terremoto, una ciudad se movió 8 centímetros, una mujer cortó a su marido y lo cocinó en una olla y un rayo mató a cuarenta vacas. Son peaks de realidad, como beats de latidos. Es nuestra responsabilidad trabajar en una cota de realidad baja e ignorar estos hechos o elevar nuestra cota de percepción y trabajar con estos fenómenos, encontrarles lugar, estructura y conexión para relatar otra forma de realidad, una hiperrealidad que no extirpe cada fenómeno extraño para sentirnos más seguros.
Mi labor es recoger estos fragmentos radioactivos, estas singularidades y construir un golem con ellos. Los escribo a mano, los corto, los armo en páginas armadas con cinta adhesiva, los tipeo en laptop y se imprimen como fragmentos en Times cuerpo 12, los recorto y los voy pegando en pliegos de papel en mi pared. Algo empieza a armarse en la oscuridad, hay que tener cojones para andar por esos bosques, a veces. Se vuelve doloroso, no sabes si vas a llegar a puerto, si hay algo realmente ahí, pero siempre aparece el arquetipo, Ariadna, el hilo dorado. Los contenidos maceran en mi cabeza, sueño con ellos, se van buscando y establecen vínculos, comienzan a dialogar y comienzo a cortar y volver a pegar, a ordenar, a volver a cortar. Hay costras de papel en mi pared, a veces sigo escribiendo fuera. Me voy a ver libros de Roberto Matta, el Bosco, Doré. Pasan los días. Organismos unicelulares empiezan a nadar en la pared, copulan, se unen, aparecen pluricelulares, de pronto un crustáceo y al rato tengo un reptil hecho de una lista más o menos ordenada de eventos. Vuelvo a tipear en el laptop en la forma de escaletas, en paralelo desarrollo una historia donde montar-cruzar este reptil. La escaleta debe estar clara, precisa y definida, la novela debe estar escrita antes de tipear la primera palabra. Después, puedo hacer caso omiso del orden y moverme como danzando entre las escaletas, pero el esqueleto está ahí, pero no sabemos si será la Scarleth Johansson o John Merrick, o el hijo de ambos. Eso viene después.

 

CJ: Ygdrasil, Trinidad y Lluscuma conforman un tríptico de una realidad alternativa de Chile, contada del final hacia el principio. ¿Cómo se te ocurrió la idea para esta tríada? ¿Por qué vas contando la historia hacia atrás? ¿Qué tiene este proyecto que ver con Ucroníachile?

JB: «Do I really look like a guy with a plan? You know what I am? I’m a dog chasing cars. I wouldn’t know what to do with one if I caught it! You know, I just… *do* things.»The Joker (Dark knight, 2008).

El crecimiento de lo que hago es rizomático. Hay días en que descubro qué es lo que va a hacer tal o cuál personaje y sospecho que otro trata de sabotear la historia, y lo digo en término efectivos, ocurre así. Las paredes son frágiles e irrumpe un sueño a veces, o el personaje de otra historia, un recuerdo. Tengo que buscarles un lugar como quien interpreta una tirada de tarot. Las cosas simplemente ocurren en la vida, solo cuando se mira hacia atrás se puede ejercer el oficio de historiador e inventar las conexiones, ver que hay un hilo de plata que convierte 20 sucesos aleatorios en una historia en virtud de la paranoia de intuir que están de algún modo entrelazados. El autor tiene que ser un un paranoico con fe, un lector de vísceras, un psíquico que conecta las símbolos del cielo con los de la tierra a medida que lo ametrallan. Descubrir trozos de un cadáver y creer, porque un escritor es un creyente, que hay una manera elegante de relacionar cada parte y levantar una estructura bella con los pedazos, no con los que quiero que haya, sino con los que están. Porque si manejas todas las variables el producto queda feo, predecible, común. El auto-sabotaje, la guerrilla, la carencia y el asalto de factores internos inmanejables es imprescindible. Un médium porque no controla lo que dice, solo lo articula de formas bellas, le da el espacio que las cosas quieren, pone su oficio al servicio de su veneno. Soy un adivino al que lanzan de un avión y lee los paisajes como una tirada de tarot antes de estrellarse contra el suelo.

UcroníaChile fue un sabotaje contra un país enfermo de realismo. La necesidad de romper la represa que contiene las pulsiones de nuestro inconsciente colectivo. Reivindicar la historia y nuestros mitos como algo que le pertenece a la gente, a los escritores, no al ministerio de educación. El ejercicio diario de reconstruir nuestra historia mítica para revitalizar los mitos. Los mitos son los sueños de un pueblo y necesitan un update o se anquilosan en las esquinas de los museos, hay que romperlos, torcerlos, agredirlos. Todo lo que hagamos estará bien porque somos los soñantes de esos sueños y lo que hagamos será lo que debíamos hacer, no podremos hacer ni más ni menos.

Esos materiales quieren comportarse como ellos quieren, ¿quién soy yo para forzarlos a actuar como yo quiera? Eso me viene de la arquitectura. Las artes visuales aún se expresan antes de saber dónde van, solo así abren caminos nuevos. El territorio se expresa a través de su arte. Y es en ese avanzar en la cuerda floja, equilibrándose con estructuras febles en las manos, ciego y sordo, atacado y atacando, que se entra en las espléndidas ciudades. Arrojarse al fondo de uno mismo, sin saber si hay piedras o agua, tan al fondo, que lo que sea que salga de ahí será único no por novedoso, sino por propio; todo lo otros es comodidad, artilugio, comercio y malabarismo.

CJ: En el tráiler promocional de Lluscuma dices que “Chile es una serpiente con pesadillas”. ¿Qué crees tú que sueña Chile?

JB: El primer escudo de Chile fue un volcán. Los chilenos somos así, callados, tranquilos, hasta que la presión se hace insostenibles y estallamos. Desgraciadamente no conocemos muchos estados intermedios. La cordillera de los Andes es la columna vertebral de una serpiente hecha de volcanes. Una serpiente de fuego acostada sobre la grieta planetaria más explosiva de todas. Vivimos al borde del terremoto y el tsunami, serpiente de fuego y agua. La serpiente nos sueña, no existimos todavía como país, nos está pensando.

 

CJ:¿Qué es SYNCO? ¿Por qué convertirla en una novela gráfica? ¿Qué aporta la parte gráfica a una historia?

JB: Soy de los que creen que el asunto es al revés: una palabra vale por mil imágenes. Cuando uno muestra la foto de un árbol todos vemos el mismo; cuando leemos árbol, todos vemos uno diferente. Pero es simplemente divertido intentar hacer parir eso que la literatura permite vivir en la vaguedad. Trabajar en novelas gráficas permite, además, el trabajo colaborativo que abre la mente, la interacción, el esfuerzo, el pie forzado. Es otro tipo de ejercicio, son otros músculos, y a mi no me interesa tener brazo de tenista.
Creo sinceramente que una novela gráfica limita el Universo de cualquier relato, lo concreta, lo define a través de los ojos de alguien específico, lo pre-digiere; es, en ese sentido, egoico, no comparte la decodificación con el lector, se la impone bastante más que en lenguaje escrito, esa herramienta tan pobre que debe hacer maravillas para hacer maravillas. Pero, por otro lado, la novela gráfica es un ejercicio de arte alucinante.

 

CJ: La Policía del Karma trata de un servicio que castiga en el presente por crímenes cometidos en el pasado. ¿Por qué de nuevo el formato de novela gráfica? ¿Cuál es para ti la diferencia entre cómic y novela gráfica?

JB: Siempre las etiquetas son flexibles, no son alambradas, más bien letreros vagos. Una novela gráfica tendería más a la búsqueda de un lenguaje propio (que eso es arte en mayor o menor medida para mí), un hito, una tesis, más que un sendero sin fin, como son regularmente los cómics. Un objeto auto-conclusivo, autónomo, una obra sin cálculo, un gesto que se abandona luego para ir en busca de otra cosa. «Abandonar la obra terminada, ese es el camino del cielo», dice el Tao Te King.

CJ: ¿Te consideras un escritor experimental?

JB: Me considero un artista que hace todo lo posible por estallar para buscar entre los pedazos algo que me ayude a resolver el enigma. Soy un terrorista, un ejército de liberación de algo que está atrapado en el sótano de mi sótano y que necesito conocer. No es la experimentación por la experimentación, es que para buscar el Grial, dice la tradición, los caballeros entraron al bosque de Logres por lugares no conocido, jamás por los senderos trazados.
Para qué hacer algo que ya está hecho, para qué repetir fórmulas, cómo no quemar todas las naves cada vez ¿Hay gloria en algo así?

 

CJ:¿Qué pe parecen las nuevas formas de publicación tales como el crowfunding, la auto-publicación y la co-publicación?

JB: Todas las formas de lucha son válidas, compañera. Del crowdfunding me interesa la inteligencia colaborativa, la posibilidad de convertirlo en un proceso social, un experimento de participación, hive mind, un acto poético realizado por la mente que se construye cuando hay muchas mentes conectadas, la manera como funcionan los cardúmenes de peces o las bandadas de pájaros. Esa cuestión meditativa detrás del gesto y que nos hace uno, como bailar, o cuando éramos bacantes y comíamos jóvenes en el bosque. Perderse y ser océanos de nuevo. Me encantaría que algún día nuestras mentes viajaran por un tipo de ciberespacio y se fundieran en dos, tres o cinco mil mentes líquidas, a veces perdiéndose en multitudes, volviendo a ser uno, o dos, u otro.

 

CJ: ¿Qué artistas (y no me refiero solo a escritores) te inspiran?

JB: Roberto Matta, Jorge Luis Borges, Gottfried Helnwein, C.G. Jung, Trent Reznor, Emanuelle Swedenborg, Coré, Gunther Brüs, David Cronenberg, Antonin Artaud, y mil de monstruos más que viven y se golpean dentro en mi cabeza. Son sombras, son yo mismo en disputa intentando copular uno con el otro, desgarrándose a dentelladas por un pedazo de luz, por una línea en alguna historia. Tienen hambre.

 

“América Latina es pura confusión, el boceto salvaje de un mundo nuevo del que aún no sabemos nada”

CJ: ¿Qué crees que puede aportar al género la ficción especulativa que se está haciendo actualmente en América del Sur y Centroamérica?

JB: América es un continente en formación. No creo que seamos capaces de aportar ciencia ficción como la entienden los europeos. Fue en ese continente donde se produjo la dicotomía religión e iluminismo, fue en Inglaterra y Francia donde la Revolución Industrial levantó la fe en la tecnología como promotora del bienestar humano, la idea del progreso sin fin y el futuro radiante de sociedades libres, sin enfermedades ni ataduras. En la literatura fantástica se puso de un lado a fantasmas y magos, y en otro a aliens y naves espaciales. Se intentó una literatura realista en tanto levantada sobre las bases de la ciencia dura. En América fue la propia Iglesia la que trajo la ciencia, no hubo enfrentamiento. En América existen guerrillas cristianas, las supersticiones son fuertes, la magia opera social y políticamente. Seguimos siendo cultos cargo, la tecnología no es algo que se produce acá, sino que llega en cajas a bordo de grandes pájaros de metal. Mi abuela me daba una pastilla producto de la última tecnología médica pero se persignaba y me encomendaba a la virgen como si me estuviera dando una hostia. América no desecha nada, todo se acumula, nada se destruye, es el patio trasero donde occidente echa su basura, sus productos descontinuados, sus medicamentos fuera de norma, sus experimentos ideológicos y todo se acumula. Acá siguen vivos nuestros pueblos originarios, sus religiones ancestrales, modos de vida de la edad de piedra conviviendo con el high tech más cutting edge, megabytes y ayahuasca, santería y sushi de serpiente. En el zócalo de ciudad de México está la catedral colonial, el templo azteca y el edificio de cristal juntos, las épocas chocan, todo fracasa: la búsqueda de El Dorado fracasa, Almagro y Pizarro fracasan, Fidel Castro fracasa, Salvador Allende fracasa, Las FARC fracasan. América ensaya utopías cada década, lanza su sueño descabellado hacia el futuro y es aplastado una y otra vez, como Alvar Núñez Cabeza de Vaca, como Lope de Aguirre, como Ponce de León, como el Che Guevara muerto en Bolivia.
América vive en la Edad de oro donde los dioses, los héroes y las maravillas viven entre los humanos y el tiempo está suspendido en un eterno presente, nada avanza, todo se acumula. En Europa hay que desenterrar las ciudades que se construyen una arriba de otra, hay que ir a ver a los indígenas a los museos, hay que revisar la tecnología obsoleta en los archivos. Acá una red de computadores Apple de última generación se conectan con routers chinos de mala calidad a una red 10 base T en cascada desde un firewall PC con sistema operativo pirata enlazado a un backup PC 286 lleno de tierra perdido en un closet lleno de cableados de varias generaciones de redes descontinuadas, con cables quemados, cajas de centrales telefónicas en desuso por años, el transformador del télex y el fax aún enchufados a la red eléctrica pero conectados a nada, alambres de teléfonos mimetizados debajo de la cuarta capa de pintura, y así estratos y estratos de tecnología que se parecen a la mente de América, alucinada, en peyote, contemplando a la madre tierra y sus dioses convertidos al cristianismo a través de los GPS.
América es una vorágine de disonancias espacio temporales en ebullición, América Latina es confusión ¿Qué podemos ofrecer? Pura confusión, el boceto salvaje de un mundo nuevo del que aún no sabemos nada. Torbellino de razas, religiones, sectas, ideologías y dudas. Puro caos, desdibujamiento de los límites, irrespeto por las formas, todo un continente joven, desordenado y lleno de libido buscando a dios en las líneas de código de programación.

 

CJ: Eres un comentarista implacable de la realidad social y política de tu país y del continente en el que vives. En tus obras se reflejan tus preocupaciones por los desequilibrios sociales, la corrupción gubernamental y el ansia de poder de las grandes corporaciones ¿De qué manera crees que puede la ciencia ficción y la fantasía abordar esos temas? ¿Defiendes el género especulativo como una forma de denuncia?

JB: No creo en las agendas artísticas. Creo que uno debe entrar tanto en lo que uno es que las implicancias personales y sociales se dan solas. El único criterio posible en el arte hoy es la honestidad, de las más torcidas formas. Cuando comento mi circunstancia es un acto de coherencia, nada más. Vengo de una familia de clase media baja, fui tirapiedras contra Pinochet, vivo y soy testigo de la opresión y la desigualdad en que nada Latinoamérica; me alimento del resentimiento que todos los días las elites que viven en reductos que parecen Suiza arrojan desde sus mesas repletas al resto del país que parece vivir en Ruanda. Nuestras sociedades son ollas a presión, lo que hago es usar el vapor que expulsan para mover máquinas mentales coherentes, nada más. No hay discusión ética-estética en el arte de verdad, creo yo, solo un resultado coherente (ni siquiera la palabra honesto viene lugar, la honestidad es producto de acuerdo, educación y voluntad; yo hablo de ser coherente como lo sería un tiburón con su naturales y su medio).

 

CJ: Háblanos de tus planes futuros, ¿qué será lo próximo que publicarás?

Jorge Baradit: No lo sé. Lo que saldrá este 2014 es un cuento mío en la antología Terranova de Penguin Random House, España. Es un honor haber sido elegido para participar en un proyecto tan prestigioso. Además de eso, estoy cerrando un ciclo físico y mental que me tiene hecho pedazos.

 

Y ahora, solo hay tiempo para un quiz rápido de preguntas y respuestas breves:

 

CJ: ¿Star Wars o Star Trek?

JB: Star Wars, Star Trek se toma demasiado en serio.

CJ: ¿Comida rápida o casera?

JB: Casera, en casa cuidamos lo que entra a nuestros organismos.

CJ: Si tuvieras que ser el personaje de una película ¿cuál elegirías?

JB: Bowman, el astronauta de 2011 que entra al wormhole.

CJ: ¿Puedes decirnos el título del peor libro que hayas leído?

JB: Se me viene a la memoria El Mío Cid, que, créanlo o no, es lectura escolar obligatoria en Chile. Es un crimen hacérselo leer a niños. Está completamente fuera de código, es una tortura.

CJ: ¿Cuál es el mejor libro que has leído?

JB: Ficciones, de Jorge Luis Borges. Lo leería mil veces mil.

CJ: ¿Qué tipo de música sueles escuchar?

JB: Entre las sonatas de Bach, NIN y el harsh electrónico, el ruido de las radio de onda corta.

CJ: Cine 3D ¿sí o no?

JB: El cine es una página en movimiento. Hasta que el 3D no desaparezca como espectáculo en sí mismo y encuentre su real expresión, preferiré el 2D, un arte maduro

CJ: Si tuvieras que elegir poseer un súper-poder ¿cuál elegirías?

JB: Cocinar rico, soy un desastre en la cocina.

Lola Robles: lecturas de género orientadas a las mujeres

Lola Robles

En un especial sobre mujeres y ciencia ficción, no podía faltar la colaboración de Lola Robles (Madrid 1963). Esta filóloga y escritora, imparte desde hace ocho años el taller Fantástikas, en el que se debate sobre lecturas de género orientadas a las mujeres como escritoras y personajes literarios. Lola, que se describe a sí misma como feminista, pacifista y queer, lleva toda su vida profesional vinculada a la literatura: trabajando en la Biblioteca de Mujeres de Madrid; fundando en 1995 la Red de Bibliotecas y Centros de Documentación de Mujeres; colaborando con la página web Mujer Palabra a cargo de la sección de ciencia ficción de la misma. Desde 2008 tiene su propio blog, Fantástikas y en 2005 entró a formar parte de la Red Internacional de Mujeres de Negro contra la guerra.

Robles ha publicado las novelas La rosa de las nieblas (Kira Edit., 1999), El informe Monteverde (Equipo Sirius, 2005) y Flores de metal (Equipo Sirius, 2007) y los libros de relatos Amargarita Páez: relatos (Mujer Palabra, 2002), Amargarita Páez: relatos. 2ª edición revisada y aumentada (Mujer Palabra. 2007), Cuentos de Amargarita Páez. 3ª edición revisada y aumentada ( La autora, 2010) e Historias del Crazy Bar y otros relatos de lo imposible (Stonewall, 2013. Libro escrito en colaboración con Mª Concepción Regueiro). Ha participado en Escritoras de ciencia ficción y fantasía: Bibliografía (Biblioteca de Mujeres, 2000. 138 p.), Biblioteca de mujeres (Biblioteca de Mujeres, 2001) y La horizontalidad como una de las señas de identidad de Mujeres de Negro contra la guerra (Mujeres de Negro contra la guerra, 2011. 58 p. (con Concha Martín, Mª José Sanz y Ascensión Talavera). Decenas de relatos suyos han aparecido en diversas antologías (como Terra Nova 1), colecciones y e-zines. Asimismo, Lola sigue implicada en numerosas iniciativas relacionadas con el género y la literatura, como en las ponencias «Bibliotecas de mujeres en red: preservar nuestra memoria desde el feminismo» (presentada en las Jornadas Feministas Estatales de Córdoba de 2000), y «Las otras: feminismo, teoría queer y escritoras de literatura fantástica» (en el I Congreso Internacional de Literatura Fantástica y de Ciencia Ficción, 2008, Universidad Carlos III de Madrid). Entre los artículos que ha escrito obre el tema destacan: “Las librerías de mujeres en España” (Actas del VI Encuentro de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres. Fundación 8 de Marzo, 1999); “Escritura y droga: el caso de Anna Kavan” (en INTERSUBJETIVO: revista de psicoterapia psicoanalítica y salud). “Escritoras españolas de ciencia ficción”, en VV. AA. (en MUJERES novelistas: jóvenes narradoras de los noventa. Narcea, 2003); “Escritoras españolas de ciencia ficción” (en Mujeres novelistas: jóvenes narradoras de los noventa / edición de Alicia Redondo Goicoechea. Nancea, 2033); “El gran Meaulnes de Alain Fournier o el dominio misterioso de la adolescencia” (en INTERSUBJETIVO: revista de psicoterapia y salud, 2005); “Rubíes y reptiles: la narrativa gótica de Pilar Pedraza”, (en revista Arbor, 2006); y “Escritoras españolas del siglo XX” (2) /edición de Carmen Simón Palmer (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).

A continuación os ofrecemos el post invitado que Lola amablemente ha confeccionado para este especial, en el que reflexiona sobre su experiencia como tallerista.

TALLER DE LECTURA Y DEBATE FANTÁSTIKAS

Por Lola Robles

Desde 2006 imparto el Taller Fantástikas de lectura y debate de textos (relatos y novelas) pertenecientes a los géneros no realistas: fantástico, terror, gótico, ciencia-ficción, maravilloso o fantasía, en especial de escritoras.

Los talleres pueden ser intensivos, varias sesiones seguidas, o una vez al mes durante el curso. Lo he dado en lugares muy diversos: comencé en la casa de Valencia en Madrid, después seguí en uno de los espacios más antiguos del Movimiento Feminista, en la calle Barquillo 44, y en el de un sindicato de enseñanza, STEM, o en centros sociales, a veces okupados. En dos ocasiones lo he hecho fuera de Madrid: en Vigo (en el Centro de documentación e recursos feministas), y en Bogotá, Colombia, durante un Encuentro de la Red Internacional de Mujeres de Negro contra la guerra. Actualmente estoy realizando el taller en el Espacio de Igualdad Hermanas Mirabal, cerca de Cuatro Caminos.

Soy filóloga hispánica, escritora, activista feminista, pacifista y queer, y en el taller he intentado unir las dos grandes pasiones de mi vida: la literatura y el activismo.

El método que empleo es sencillo: yo elijo un texto y las personas que asisten al taller lo leen antes de la sesión de debate. En esta, hago una presentación previa de la autora o de cualquier aspecto de la obra que considere importante, y luego pasamos a desentrañar la narración en sí.

Durante algunos años, las participantes eran sólo mujeres. Sin embargo, en los dos últimos cursos se han incluido también algunos hombres. Son respetuosos y nada invasivos, y creo que su presencia beneficia al grupo. Asimismo, aunque la mayoría de las obras tratadas pertenecen a escritoras, siempre procuro introducir las de algún autor varón. Lo hago porque, aunque uno de mis objetivos básicos es dar a conocer a las narradoras de estos géneros, de las que en general se sabe muy poco, me parece que limitarse exclusivamente a ellas resulta empobrecedor.

Las asistentes a mi taller son muy distintas: puede haber mujeres con estudios básicos y también licenciadas universitarias. Sin embargo, para mí lo más importante es que todas participen y sientan que sus interpretaciones sobre un texto son igual de válidas. Porque realmente lo son. Yo he aprendido mucho con todas ellas. Sus comentarios se complementan, y con frecuencia una encuentra en el texto lo que otra no ha logrado ver. Se trata de debates en que la gente está dispuesta a escuchar opiniones ajenas y a transformar las suyas, y eso nos enriquece. Creo que este taller se adecua a muchas personas excepto a quienes precisamente creen que saben más que nadie.

Ahora bien, hay tres tipos básicos te participantes:

–Las que ya son muy aficionadas a los géneros no realistas, y en especial a la ciencia ficción. Estas buscan un espacio donde poder compartir sus lecturas y opiniones y no sentirse tan frikis, pues generalmente no encuentran muchas personas a las que agraden estas ficciones. Además, como conocen bien el género, pueden vincular los textos que debatimos con otros que han leído, lo que ayuda a explicar ciertos elementos extraños que aparecen en ellos. Y sugieren muchos otros libros interesantes para leer.

–Otro tipo de asistentes son las que nunca han leído ciencia ficción. De inmediato se muestran muy reacias hacia el género, dicen que no les gusta y que no les va a agradar nunca. Tienen ideas tan curiosas como pensar que si te da por leer CF es porque crees en los OVNIS.

Gracias a ellas se ve muy claramente los prejuicios que todavía existen contra esta literatura en nuestro país, y me parece que sobretodo por parte de las lectoras. Asocian el género con la ciencia y la tecnología que han sido tradicionalmente dominios masculinos. Además, la CF tiene mucho de aventura, de exploración espacial, otro ámbito vedado a la mayoría de las mujeres. Lo que contemplan en el cine resulta poco alentador: batallas galácticas, acción y violencia. Es difícil que todo esto les sea atractivo. Incluso la ciencia ficción más clásica ha mostrado personajes femeninos muy estereotipados: la mujer era la compañera del héroe, a la que él debía salvar, o ni siquiera aparecía en las obras. Esto ha ido cambiando según la sociedad se ha trasformado también, y ahora encontramos mujeres protagonistas que desarrollan todo tipo de trabajos, entre ellos los científicos y aventureros. Pero el cambio se ha producido sobre todo en los últimos años.

De este modo durante mucho tiempo las mujeres no hemos encontrado demasiados elementos con los que identificarnos al leer ciencia ficción, y los modelos son muy importantes para decidirse luego a escribir obras de este género. A lo que debo añadir que en España no ha habido autoras de CF con una obra que tenga la suficiente continuidad, extensión y calidad, a diferencia de otras narrativas no realistas, con escritoras de tanta calidad como Pilar Pedraza en lo gótico y Cristina Fernández Cubas en lo fantástico.

Creo que a las lectoras les resulta mucho más familiar lo fantástico, el gótico y el terror, ya que sus historias suelen desarrollarse en recintos cerrados que han sido los más habituales para nosotras: incluso conocemos mejor los cementerios que las naves espaciales. Por otra parte lo fantástico se introduce con mucha frecuencia en el terreno psicológico y hasta de los tabúes sexuales, y ha sido utilizado por muchas escritoras para poder expresar sus circunstancias personales y sociales en forma metafórica. De ahí que su lectura permita una mayor identificación por parte de las mujeres, las de antes y las de ahora.

Sin embargo, cuando yo ofrezco a las asistentes a mi taller textos de ciencia ficción de buena calidad, prospectivos, que no solo tratan los temas científicos y tecnológicos, sino también sociales, culturales, políticos, antropológicos, biológicos, lingüísticos, psicológicos, humanos sin más, les gustan mucho y empiezan a mirar el género de otra manera, lo que les permitirá acercarse poco a poco incluso a la CF hard y al space-opera. También van conociendo la ciencia ficción feminista, y todo lo que puede ofrecer de subversivo, radical, de crítica a las sociedades existentes, y cómo habla de los problemas del presente más que del futuro, pero también construye alternativas al mundo que conocemos.

«Afortunadamente también el feminismo se ha ido trasformando. Ya no hay una visión tan esencialista de lo femenino y lo masculino. «

Para mi una de las mayores alegrías es conseguir nuevas aficionadas, y por fortuna lo he logrado en bastantes ocasiones, no por mis méritos sino por los de la ciencia ficción en sí.

–Luego acuden a mi taller lectoras que son feministas. De antemano, siempre explico que leo los textos con esa perspectiva feminista, y además pacifista y queer, y me interesan las obras que están escritas desde esta ideología, lo cual no quiere decir que considere que todas deben ser así. La ciencia ficción es un tipo de literatura de enorme variedad, y lo bueno es que se pueda encontrar en ella de todo y para todos los gustos. No soy partidaria de lo «políticamente correcto», claro que mucho menos de quienes van de «políticamente incorrectos» pero en realidad vuelven a lo de siempre, a lo más sexista y reaccionario.

He trabajado durante muchos años intentando dar a conocer la ciencia ficción escrita por mujeres porque esta ha estado mucho menos difundida que la de los autores varones, tanto en el caso de las escritoras anglosajonas como las españolas, aunque estas últimas seamos pocas. Sin embargo cada vez tengo más claro que no se las puede estudiar de manera aislada. Y afortunadamente también el feminismo se ha ido trasformando. Ya no hay una visión tan esencialista de lo femenino y lo masculino. En realidad, hace mucho que no se puede hablar de «feminismo» sino de «feminismos». Esto es algo que no conoce mucha gente que opina sin saber demasiado. Quiero aclarar que mi postura no es «reconciliadora» ni «igualitaria» entre mujeres y hombres, sino la pretendo mucho más radical: creo que hay que destruir los géneros sexuales.

Y es que la teoría queer y los transfeminismos han venido a recordarnos aquello que ya dijo Simone de Beauvoir de que la mujer no nace sino se hace. En ese sentido estoy asimismo muy de acuerdo con la idea que Donna Haraway expuso al final de su Manifiesto cyborg: «Prefiero ser un cyborg que una diosa». La diosa remite a una esencia femenina, y la ciborg a una «construcción». El pensamiento queer cuestiona todos los binarismos que hemos creado en nuestra cultura, en especial los de género sexual, ya que son precisamente construcciones sociales, ideológicas, no naturales.

Por último, quiero mencionar que mis talleres están adaptados para personas con discapacidad visual, ya que yo tengo una discapacidad de ese tipo, visión baja, por lo cual no puedo leer libros en papel, los escucho en forma de audiolibros. La ONCE, a la que estoy afiliada, tiene una magnífica Biblioteca Sonora, y luego yo uso un programa casero para convertir los textos que están en versión electrónica a Mp3. Me gustaría animar a todas las lectoras y lectores ciegos y con visión baja a que traten de hacer comprender sus dificultades y necesidades.

Quien quiera más información sobre mis talleres puede encontrarla en mi blog Fantástikas (http://escritorasfantastikas.blogspot.com.es/p/acerca-de-la-autora-de-este-blog.html), dedicado a los géneros no realistas, en especial a la ciencia ficción, y a las mujeres como escritoras y personajes. No lo actualizo mucho por mi problema visual.

Agradezco que se me haya ofrecido la posibilidad de escribir en este magnífico espacio, el Fantascopio, y me alegra muchísimo estar acompañada en la apasionada misión de dar a conocer la obra de tan buenas escritoras como hay en los géneros no realistas.

Mayo 2014.

Algernon, ¡cuéntame en español cuentos ingleses! (Primera parte)

Cuentos para Algernon no tiene segundas intenciones por ser una iniciativa online y gratuita. Habéis oído bien: es una web a la vista de todos; y es gratuita, no hay que pagar una cuota ni suscribirse para disfrutar de sus contenidos. Ofrece cuidadas traducciones al español de relatos de ciencia ficción, fantasía, weird, y terror de autores de reconocido prestigio.

No se trata solo de escritores que han recibido premios, que han sido alabados por la crítica y aplaudidos por los lectores, sino de creadores con calidad literaria, independientemente de que naveguen en las aguas procelosas del género. Aparte de maximimizar la disponibilidad de los relatos publicándolos en ePub, MOBI, Fb2, PFD o DOC, lo que caracteriza esta página es la elevada calidad de las traducciones que propone, realizadas por el administrador y fundador de la iniciativa, una misteriosa entidad que se hace llamar Marcheto y de la que se desconocesu verdadera identidad. Por sus respuestas, se intuye que puede haber una mujer detrás de ese nombre, pero esto es pura especulación por mi parte, pues bien podría tratarse de una inteligente maniobra de ocultación.

He tenido la oportunidad de mantener una conversación larga y muy interesante con esta entidad, en la que hemos hablado de la salud del género, de su labor en la web, y de sus deseos con respecto al futuro. Espero que disfrutéis de ella lo mismo que yo manteniéndola. (Como siempre, podéis disfrutar de esta entrevista en inglés en el blog amigo Sense of Wonder de Elías Combarro. Por cierto, Cuentos para Algernon es una web indispensable en la blogosfera. Punto.

 

CJ: Me gustaría que te presentaras. Todo el mundo te conoce como Marcheto y muchos no saben quién se esconde detrás de ese nombre. Es cierto que tu blog habla por sí solo y que se sabe que realizas traducciones al español, pero me interesa conocer tu biografía, desde tu formación a tu experiencia profesional.

Marcheto: Efectivamente, la mayoría de los lectores del blog no sabe cuál es mi otra identidad, pero eso es algo totalmente premeditado y mi intención es que siga siendo así en la medida de lo posible, porque para todo lo relacionado con Cuentos para Algernon soy Marcheto, y esa es mi verdadera identidad. La otra, la que se esconde detrás, es la falsa. Me temo que mi biografía no es demasiado apasionante. A título de curiosidad, mencionaré que nací hace ya bastantes años en una provincia que tiene fama de no existir. Tal vez se me pegó algo de esa inseguridad existencial y ahí radique la explicación de que no me baste con una única identidad, sino que necesite dos para quedarme tranquila. No lo sé. En cualquier caso, mi familia se trasladó poco después a una provincia vecina mucho más convencida de su propia existencia. Allí pasé bastantes años, y allí, cuando tenía claro que lo mío eran las ciencias y no las letras, estudié la carrera de matemáticas. Así que por formación supongo que soy matemática, aunque nunca he ejercido como tal. Desde un principio y hasta la actualidad, mi actividad profesional principal (es decir, la que me da de comer) se ha desarrollado en el campo de la informática.

Hace unos años, en un intento por mantener vivo mi inglés con algo que no fueran las típicas clases de toda la vida, me apunté a un curso de traducción. Fue ahí donde descubrí que aquello me gustaba y que no parecía dárseme mal del todo. Y cuando ya llevaba un par de años con mis cursos de traducción, me enteré de que La Factoría de las Ideas necesitaba traductores. Me animé, les escribí y poco después estaba traduciendo libros de rol para ellos. Y de ahí pasé a otro tipo de obras, al  principio también para La Factoría y más adelante para otras editoriales, eso sí, casi siempre pertenecientes al género fantástico. Y en todo momento compaginándolo con mi trabajo como informática y con algunos cursos más de traducción.

 

CJ: Es interesante lo que dices de mantener secreta tu otra identidad. Al principio de Twitter, yo jugaba con la ambigüedad de @dnazproject.com y escribía mis twitts en masculino… a veces lo sigo haciendo, pero me temo que ya todo el mundo me conoce y no sirve de nada. En mi caso se debía a la necesidad de que me tomaran en serio. Pensaba yo que si se creía que era un hombre, tendría menos dificultades ¿Se debe tu ocultamiento de personalidad a una maniobra parecida, o forma parte de una estrategia para dominar el mundo? Una respuesta breve a esta pregunta servirá 🙂 Has mencionado La Factoría de Ideas, editorial para la que trabajas. En los últimos meses se ha debatido en las redes sociales sobre la mediocre calidad de alguna de las obras de esta editorial. ¿Qué opinas al respecto? (Entiendo que no desees responder a esta cuestión, y respetaré tu decisión de no hacerlo, pero tenía que hacerte la pregunta)

M: Pues no se me había ocurrido hasta ahora, pero puede ser que efectivamente todo esto (el blog, el ocultamiento de personalidad, el estar respondiendo a estas preguntas…) forme parte de una maniobra de mi subconsciente encaminada a dominar el mundo. Y ahora que lo pienso, si llegara a dominar el mundo podría traducir y publicar todos los cuentos que me gustan, sin tener que andar cruzando los dedos cada vez que escribo a un autor solicitando su permiso, puesto que todos me tendrían que decir que sí, ¿verdad? Suena francamente interesante…

Aunque bueno, lo que sí que es cierto es que cuando comento a alguien que traduzco literatura de ciencia ficción y fantasía, la reacción más habitual es la sorpresa y una sonrisa un tanto irónica. Como que efectivamente no se lo tomaran muy en serio.

En cuanto a La Factoría, hace ya muchos años que dejé de colaborar con ellos, y mis sentimientos en este caso son totalmente ambivalentes. Por una parte, siento un enorme cariño hacia esta editorial y les estoy muy agradecida, puesto que estoy convencida de que si ellos no me hubieran dado mi primera oportunidad, ni yo hubiera conseguido llegar a traducir profesionalmente ni Cuentos para Algernon existiría. Pero por otra, es cierto que durante el tiempo que colaboré con ellos pude apreciar en alguna ocasión una cierta dejadez en relación a estos temas, por lo que no me sorprende que en ocasiones las traducciones que publican dejen bastante que desear.

 

CJ: ¿Por qué ciencia ficción, fantasía y terror? ¿Qué tienen estos géneros que atrapan de manera irrevocable?

M: En mi caso, creo que mi afición a esos géneros se debe en gran parte a la existencia en el instituto donde estudié de un club de ciencia ficción, organizado por un profesor aficionado al género. Ya por aquel entonces era una lectora voraz, así que por supuesto que me apunté al club, aunque supongo que también lo hubiera hecho si el club hubiera sido de literatura policiaca y ahora a lo mejor estaría traduciendo otro tipo de relatos. Los socios del club nos reuníamos periódicamente y teníamos a nuestra disposición una extensa biblioteca de obras de ciencia ficción. Gracias a ella descubrí y disfruté de un gran número de títulos, sobre todo de los grandes clásicos. Por ejemplo, mi regalo de bienvenida al club fue la edición de Bruguera de “Donde solían cantar los dulces pájaros”, de Kate Wilhelm, que por supuesto todavía conservo. Poco a poco me fui aficionando al género y, supongo que por afinidad, también a la fantasía y al terror. En mi opinión, este tipo de literatura juega con ventaja frente a la literatura realista. Puede ofrecerte todo lo que te ofrece esta última (análisis en profundidad de personajes y de las relaciones entre ellos, calidad literaria…), pero además de todo esto nada le impide darte mucho más, puesto que al no tener que aceptar las imposiciones de nuestra realidad, el abanico de ideas y posibilidades con los que puede jugar crece hasta el infinito. Y, centrándome en la ciencia ficción, que tal vez sea mi género favorito de los tres, la mezcla de calidad literaria, capacidad especulativa y sentido de la maravilla propia de las grandes obras del mismo es algo que rara vez se da fuera de este género. Y esa es la conjunción que espero encontrar cada vez que empiezo una nueva novela o relato de ciencia ficción.

 

CJ: Un buen traductor es una persona muy leída, con un conocimiento bastante amplio del género en el que se mueve. La traducción no solo implica transcribir un texto de un lenguaje a otro, implica realizar elecciones constantemente, elecciones que aportarán matices, profundidad, referencias, sensaciones y sentimientos. Me gustaría conocer tu proceso de trabajo, desde que recibes un encargo hasta que lo entregas. También me gustaría que hablaras de esas «elecciones» que menciono, cómo las abordas, qué te resulta más fácil y difícil. 

M: Si te parece, en lugar de centrarme en mi proceso de trabajo ante un encargo profesional, voy a hablar de cómo encaro las traducciones de los relatos del blog, que es lo que ahora mismo ocupa la mayor parte de mi tiempo dedicado a estos menesteres.

Antes de empezar a traducir un cuento lo releo, porque lo normal es que hayan trascurrido varios meses desde mi última lectura del mismo. Y a partir de ahí me lanzo. Al tratarse de relatos, los traduzco desde el principio hasta el final, eso sí, dejando pendientes para una segunda pasada un montón de decisiones de todo tipo. Una vez terminado ese primer borrador, y ya con un conocimiento más profundo del texto, suelo  tener una idea mucho más definida del estilo que debe tener la traducción, y lo normal es que muchos de los puntos oscuros que estaban pendientes se hayan clarificado al menos de manera parcial. Así que reviso la traducción cotejándola con el texto original con el mayor cuidado posible. En esta revisión intento detectar los errores que haya podido cometer e ir solucionando la mayor parte de los problemas pendientes, así como ajustar el estilo de la traducción para que refleje lo más fielmente posible el del original. Aparte de eso, retoco montones de detalles que me parecen mejorables.

Terminada esta primera revisión, paso a centrarme ya en aquellos puntos que todavía tengo marcados como problemáticos y los trabajo uno a uno. Es en esta fase cuando en ocasiones me veo obligada a recurrir a los autores, pidiendo aclaraciones o incluso consejos (por ejemplo, Zen Cho fue quien me sugirió qué palabras y expresiones malayas de las que aparecían en su cuento «Prudence y el dragón» debía mantener en malayo, cuáles debía traducir y cuáles simplemente debía eliminar).

Una vez solucionados todos esos problemas, dejo reposar el texto al menos un día y luego lo releo de un tirón ya sin el original delante, fijándome sobre todo en aquello que me rechina, que no me parece que suene natural en español, además de en los errores que pueda encontrar, por supuesto. Marco todo esos puntos y vuelvo sobre ellos tras esa lectura. Una vez corregidos, le paso el texto traducido a mi revisor particular, que se lo lee y a su vez me señala tanto errores como detalles que como lector no le han terminado de convencer. Vuelvo a revisar el texto para corregir todo eso y, tras una nueva relectura en la que ya prácticamente no toco nada, el texto queda listo para ser publicado.

En cuanto a las elecciones, un traductor las está haciendo de manera continua y en la mayoría de los casos casi inconscientemente. Rara es la palabra o frase que admite una única traducción. Ni siquiera «table» va a ser siempre «mesa».

Y, aunque se dice que no hay nada imposible de traducir, yo sí que he descartado algún cuento estupendo porque al leerlo en inglés me ha parecido que no podía garantizar que mi versión en español fuera a ser digna del original. En mi caso concreto, se me ocurren tres cosas que me parecen especialmente difíciles: los títulos, los neologismos y el humor.

Los títulos originales en inglés suelen ser bastante sintéticos, estar llenos de referencias culturales que a nosotros se nos escapan, de gerundios incorrectos en español, de juegos de palabras, de frases hechas… Resumiendo, que es muy habitual que una traducción más o menos literal no sea posible o no sea la mejor elección. En el mundo de la traducción profesional, el título definitivo suele ser decisión de la editorial. En mi caso, si no tengo las cosas claras, este es uno de los puntos que me gusta consultar con el autor. Por ejemplo, “Caída de una mariposa”, el título del relato de Aliette de Bodard, fue la sugerencia de la propia autora ante las distintas posibilidades que yo andaba barajando.

Los neologismos es otro de los problemas más habituales en este género. Ante un neologismo, lo primero que hago es investigar si el mismo ha aparecido ya en alguna otra obra. Si así ha sido, intento averiguar si ya se ha traducido y cómo. Y si la traducción existe y me convence, la respeto. Si no es así, pues toca echarle un poco de imaginación para descubrir todo lo que se esconde detrás de ese término e intentar inventar una palabra en español que transmita y refleje eso mismo. En estos casos, de nuevo resulta muy útil poder pedir aclaraciones al autor, un lujo con el que en mi caso estoy pudiendo contar.

Y el humor es bien sabido por todos que es muy difícil de traducir.  Pero sobre este tema prefiero no explayarme. Tengo previsto traducir varios cuentos de humor próximamente y, como empiece a reflexionar sobre las dificultades de la empresa, igual me doy cuenta del fregado en el que me voy a meter y me arrepiento.

(No dejéis de leer la segunda parte de esta entrevista el próximo díá 10 de Mayo)