“Black Isle” de Marian Womack

Hoy voy a iniciar el primero del que espero que sean muchos post sobre la obra de la autora que decidí adoptar siguiendo la iniciativa #AdoptaUnaAutora. He pensado que la mejor manera sería empezar, aunque parezca obvio, por el principio, o sea, con el primer texto de Marian Womack que llegó a mis manos. Estábamos en 2014 y por aquel entonces me dedicaba a leer relatos enviados para la primera convocatoria de Alucinadas (Palabaristas). Marian me envió “Black Isle” que había escrito originalmente en inglés y que después tradujo al español. Me advirtió que era un texto extraño, creo recordar. Cuando empecé a leer, no pude parar. Finalmente la historia pasó a formar parte de la antología en español, así como en su posterior traducción al inglés en Spanish Women of Wonder.

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“La muerte de las águilas pescadoras —por docenas— no tiene explicación posible, como tampoco la tienen las manchas azuladas que cubren sus picos, sus cabezas, sus pecheras. Estas anomalías no deberían existir, así de simple. Y yo debería saberlo mejor que nadie; al fin y al cabo diseñé los pájaros yo mismo.”

Así comienza la historia del Dr. Andrew Hay, un bio-ingeniero cuya vida se encuentra en un punto muerto, como el punto ciego del retrovisor del coche, como el área de vista periférica que se escapa de enfoque, como una foto movida. Hay se siente vacío y la culpa lo reclama. No ha podido llenar el hueco que la muerte de su esposa dejó, a pesar de dedicarse a una actividad interesante en una empresa de éxito. Como recurso humano que no resulta ya imprescindible, el doctor es enviado a investigar la muerte en masa de algunas de las especies animales artificiales creadas por la empresa, en un hábitat protegido en la costas escocesas. Allí tendrá que enfrentarse a los recuerdos de una vida pasada que alguna vez no fue hueca, sino que estaba repleta de vivencias y sensaciones, cuando Hay se sentía actor de su propia vida y no un mero extra. Pero la carga del pasado es insoportable, lo que unido a la inesperada reacción del hábitat, tiene consecuencias imprevistas para el protagonista.

En esta historia la naturaleza es otro personaje más, una suerte de consciencia omnipresente que se rebela ante la manipulación genética, una criatura colectiva que se subleva ante el orden establecido por el ser humano para reclamar su libertad. Se establece un claro contraste con el Dr. Hay, un ser torturado y abrumado por la culpa, incapaz de tomar decisiones que terminen con su desdicha. Por su parte, la naturaleza asume las riendas de su propia existencia y, sin detenerse en los efectos adversos inmediatos, la muerte de miles de animales genéticamente modificados resulta una suerte de avanzadilla que parece formar parte de una estrategia trazada de manera consciente y voluntaria.

Las descripciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de esta historia. Marian Womack tiene la capacidad de construir escenarios naturales vívidos e inquietantes al destacar las características anómalas y alienantes de sus elementos, sean estos rocas, plantas, aves o criaturas marinas.

“Caminamos sobre el atracadero. Para llegar hasta el final es necesario dar un corto paseo, ya que la construcción de piedra no tiene más de trescientos metros. Sin embargo, no tardo en acordarme de lo difícil que resulta avanzar sobre la estructura abandonada. Los juncos y la hierba musgosa lo han recubierto por todas partes. Las algas se apilan hasta arriba ascendiendo por sus pequeñas orillas a ambos lados. Pero lo peor es que las rocas, originalmente piedras cuadradas, se encuentran ahora descolocadas y deformes, como si una mano gigante las hubiera esparcido desde el cielo sin preocuparse de cómo ni dónde caían. El tiempo y el abandono las ha recubierto de hierba, juncos y matorrales de tal manera que es imposible dar un paso en firme, evitando los agujeros esparcidos aquí y allá sobre la estructura abandonada, en los que resulta más que posible torcerse un tobillo.”

La producción narrativa reciente de Marian Womack tiende a explorar un género llamado CliFi (Climate Fiction) que está adquiriendo cada vez más notoriedad porque aborda temas candentes relacionados con el cambio climático y el calentamiento global de la Tierra. Suele proponer historias especulativas, aunque no siempre, que se desarrollan en el presente o en un futuro, pudiendo ser este más o menos cercano.

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Foto de un águila en Black Isle, de la web http://www.fortrosefreechurchofscotland.wordpress.com

En posteriores posts analizaremos otros textos de Marian que se enmarcan en este tipo de literatura aunque, aunque en “Black Isle” conviene señalar que la autora apuesta por incluir elementos de ciencia ficción, de new weird y de un cierto terror gótico. En concreto, la temática de ciencia ficción en lo que se conoce como biopunk, un subgénero que se centra en la biotecnología. La manipulación genética a la que se somete a las especies animales del hábitat escocés sirve para cuestionar la ética de este tipo de prácticas. El elemento new weird se deja sentir en toda la narración, en las inquietudes existenciales de los personajes –el doctor y la naturaleza- en la habilidad para convertir situaciones perfectamente convencionales en puntos de encuentro para lo que extraño, aquello que roza lo paranormal, lo que se sale de la norma y crea incomodidad. Trazas de terror gótico aparecen en la maldición que sobrevuela el hábitat y que no es sino extensión de la que, de alguna manera, aqueja al propio Dr. Hay desde la desaparición de su esposa. Incluso el personaje de Méndez, al que el doctor visita en un hospital psiquiátrico y al que encuentra comiendo moscas, nos recuerda al Renfield de Drácula.

Por último, hay que añadir que la cuidada prosa es, además, otra de las características que identifican el estilo de esta escritora. Se trata de un estilo trabajado, de ritmo templado, y que huye de los infodumps, propiciando así una participación más activa del lector.

“Black Isle” es una pequeña joya que reúne algunos de los géneros y temáticas más actuales, lo que convierten a Marian en una autora muy relevante dentro del panorama nacional. Si aún no la habéis leído os invito a que descubráis la anomalía que se encuentra encallada en las costas escocesas. Por algo se llama “Isla Negra”.

 

 

El CliFi británico-español de Marian Womack: «Black Isle»

Hace unas semanas decidí sumarme a la iniciativa #AdoptaUnaAutora, diseñada por un grupo de blogueras para incrementar la visibilidad de las autoras de ciencia ficción, fantasía y terror en nuestro país. Me parece una acción necesaria para llamar la atención sobre un colectivo a menudo olvidado pero que, a fuerza de empeño y talento, está haciendo que desde los medios de comunicación, el público y la crítica se comience a valorar su trabajo.

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Esta es una de las fotos que más me gustan de Marian Womack, rodeada de libros, con esa mezcla de fragilidad y determinación en la mirada

En mi caso, lo tenía claro: tenía que «adoptar» a la única persona que, hace un par de años, respondió a una pregunta desesperada que hice en mi muro de Facebook: «¿hay alguna editorial en España que publique a autores españoles que escriben también en inglés?». Su nombre era, es, Marian Womack, una de las dos cabezas pensantes de la editorial Nevsky. Me respondió porque, bueno, no sé si lo sabéis, ella misma escribe en inglés y en español. A partir de entonces he tenido la oportunidad de trabajar con ella en varias ocasiones y hoy quiero hablar de la segunda vez que lo hicimos, cuando en 2014 me lancé junto con mi amiga Leticia Lara a editar una cosa muy extraña que no se había hecho todavía en España: publicar una antología de cuentos de ciencia ficción escritos por mujeres en español. Me refiero, claro, a Alucinadas (Palabaristas).

Recuerdo que contacté, entre otras, con Marian para saber si tenía un cuento que pudiera encajar en la antología. En aquella ocasión, y como no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, Leti y yo habíamos decidido articular el proyecto de dos maneras: con una convocatoria abierta y pidiendo historias directamente a una lista de más de 30 autoras españolas y latinoamericanas que en algún momento habían escrito literatura de género. Marian tenía en mente una historia que había concebido directamente en inglés, «Black Isle», y le pedí que la tradujera al español.

Cuando leí por vez primera este cuento sentí una extraña familiaridad. ¿Sabéis esa sensación que se tiene cuando escuchas una canción por primera vez que te resulta incomprensiblemente conocida? Pues es eso. Me gustó mucho la idea, que hoy diríamos que es muy «Black Mirror», pero lo que me atrapó finalmente fue la prosa. Estaba escrita con un cuidado y un esmero en cada palabra, en cada frase, que podía cerrar los ojos e imaginarme a Marian ante el ordenador, re-escribiendo, editando, puliendo.

«Black Isle» trata la historia de un hombre devastado por un sentimiento de culpa, un científico que desarrolla animales artificiales para repoblar las especies desaparecidas en la Tierra, pero que fue incapaz de salvar la vida de su esposa cuando a esta le fallaron sus órganos. La culpa borra los contornos del protagonista, lo sume en una neblina de melancolía y olvido, le impide establecer relaciones personales duraderas y satisfactorias. Y, de fondo, una naturaleza artificial que se comporta de manera extraña, es decir, se comporta como la naturaleza lleva haciendo siglos, regulando su propio destino. Este es un tema que, por mis conversaciones con la autora, sé que le preocupa e interesa. Además, creo que es un tipo de temática sobre la que vamos a ver más historias en el futuro y yo espero, secretamente, que muchas sean de manos de la propia Marian.

Una de las razones por las que recomiendo las historias de esta autora es por su atención a los detalles. Me fascina ver el mimo con el que realiza sus descripciones, a veces centrando la narración en pequeños detalles que son muy reveladores. Creo que su estilo refleja a la perfección su personalidad y vivencias personales, con una influencia marcada de autores anglosajones y españoles que la convierten en una creadora única en el panorama internacional actual.

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Podéis leer «Black Isle» en español en Alucinadas y en inglés en Spanish Women of Wonder, ambas de Palabaristas. Creo que es una manera estupenda de sumergirse por primera vez en el universo de esta autora, que estoy segura de que nos va a dar muchas alegrías en el futuro.

 

 

Alucinadas II: las autoras a la conquista de un lugar propio en la ciencia ficción en español

La espera por fin ha terminado y tengo entre mis manos Alucinadas II, la segunda antología de relatos de ciencia ficción escritos por mujeres en español que Palabaristas y Sportula publicarán esta misma semana. Siento emoción al comenzar a leer y recuerdo aquella primera antología, la que apareció en diciembre del 2014, que ayudé a editar y que tantas alegrías nos ha dado. Me maravilla que la máquina siga en marcha, que más autoras hayan acudido a la llamada, y que nuevas voces —y otras no tan nuevas— nos descubran historias tan originales como bien escritas.alucinadas_ii_4985_txZZt4fR

Las editoras de esta obra, Sara Antuña y Ana Díaz Eiriz, han seleccionado relatos de gran calidad, que trasportan al lector a distopías, a Tierras futuras, a planetas alejados pero extraordinariamente parecidos al nuestro, a siglos pasados alternativos, y a lugares fuera del espacio y el tiempo. La estupenda portada, obra de Díaz Eiriz, representa un rostro alienígena que contempla a quien tiene enfrente, desde el infinito de sus ojos, y que intuimos es de un ser femenino. Esta ilustración representa perfectamente la idea de la femineidad como pilar del universo (nótese la torre en la que aparece que reposan los nombres de las autoras).

Después de una introducción ingeniosa y muy esclarecedora de parte de las editoras, Susana Arroyo y Silvia Schettin —FataLibelli— desarrollan uno de los mejores prólogos que he leído en mucho tiempo. No es raro, puesto que tienen práctica con los estupendos textos con los que introducen las obras que publican. En este ahondan en la dinámica histórica del negocio literario, concretamente en el papel fundamental de las narradoras a la hora de establecer un género como el de la novela en el siglo XIX. Arroyo y Schettin explican cómo la popularidad que fue adquiriendo este género implicó su progresiva “masculinación”, y los nombres y esfuerzos de las escritoras comenzaron a verse relegados hasta ser casi completamente ensombrecidos por el de los escritores.

La antología se abre con el relato ganador del premio de esta edición: “Historia y cronología del universo” de la granadina Almijara Barbero Carvajal. Con un estilo preciso y valiente, y sabor a Bradbury, a Pratchett y a Cortázar, la autora crea una cosmogonía que a veces es sueño, otras, un espectáculo de sombras chinescas, a ratos, fábula y siempre, un relato weird. Esta es una narradora a quien conviene seguir la pista.

“Wirik Es” es el cuento de la argentina Alejandra Decurgez, que ya se quedó a las puertas de entrar en la antología anterior con una historia ambientada en el mismo universo de seres híbridos creados para satisfacer las necesidades de los humanos. La escritora demuestra que sabe crear una atmósfera inquietante mediante personajes que, a pesar de no ser humanos, despliegan las mismas emociones y miedos: El Otro, a fin de cuentas, no es tan diferente. Y ¿no seremos nosotros el Otro?

“Las dos puertas de Tebas” de MA Astrid es una historia ciberpunk en la que la trama avanza a través de un potente flash back. Genios de la programación, poderosas corporaciones, conspiraciones para controlar recursos poderosos, asesinatos, mentiras y una acción vertiginosos son los ingredientes de esta historia.

La autora cubana Maileis González Fernández firma “Seudo”. En este relato se adivinan ecos de Borges (ese mundo lleno de niveles, como aquella otra biblioteca infinita) y de Aldous Huxley, y se describe una sociedad distópica que habita el Gran Edificio, compuesto por un número indeterminado de pisos a los que se accede a través del Ascensor. En esta civilización la biotecnología consigue modificar la fisiología humana para crear seres que no necesitan comer o dormir, inhibidos sexualmente para realizar tareas perennes.

“Francine (borrador para la conferencia de setiembre)” de María Antonia Martí Escayol es una deliciosa historia que rezuma Steampunk y especulación filosófica, una de las señas de identidad de la ciencia ficción más comprometida. Como el título indica, la historia se despliega en forma de borrador de un texto divulgativo, con voluntad y estilo objetivos. Sin embargo, esa objetividad formal no impide a la autora abordar en profundidad temas de antropología filosófica con una delicadeza admirable.

Laura Fernández en “¿Acaso soy una especie de monstruo, señor Pallcker?” es capaz de hacer una de las cosas más difíciles en ciencia ficción: utilizar el humor como instrumento de crítica social y cultural sin caer en fórmulas agotadas. La catalana construye una aventura detectivesca delirante, plagada de estereotipos y situaciones surrealistas, que demuestra que es posible contar historias ocurrentes sobre planetas lejanos con originalidad e inteligencia.

“El ídolo de Marte” de la mallorquina Julia Sauleda Surís explora el sentimiento de soledad y aislamiento del ser humano. Se trata de narrar la historia de seres humanos inadaptados, gentes que después de una larga trayectoria lejos de sus hogares se transforman de tal manera que, una vez de vuelta, son incapaces de asumir sus vidas antiguas, todo ello aderezado con las notas de xenofobia ante otra especie inteligente diferente.

“¿Quieres jugar?” de Verónica Barrasa Ramos sumerge al lector en una historia ciberpunk con referencias a Matrix o Mr. Robot, donde las apariencias engañan y la realidad puede ser mucho más compleja de lo que parece en un principio. De nuevo, como en los otros cuentos ciberpunk de la antología, las relaciones personales son el desencadenante de los conflictos que cuestionan esa realidad.

La madrileña Sofía Rhei es la única autora incluida en la anterior antología de Alucinadas que suscribe un cuento en esta: “Informe de aprendizaje”. De nuevo encontramos un interés por el lenguaje, esta vez aplicado al mundo de la traducción inter-especies. Contada con humor y con el buen hacer de la autora, como si de un informe se tratara, consigue desmenuzar las particularidades culturales de una raza alienígena inteligente, desde el punto de vista de las relaciones sentimentales y sociales que se forman en el proceso de aprendizaje de un idioma altamente complejo.

La antología se cierra con “Cuestión de tiempo” de Susana Vallejo. El monólogo trastornado de una persona torturada nos introduce en las vidas de un grupo de hackers hasta descubrir una red de intereses creados para controlar tecnologías capaces de manipular y controlar a las masas. Es una narración valiente, muy bien contada, en primera persona, y sin pausas que atrapa al lector, y es capaz de transmitir el delirio de una persona bajos los efectos del dolor y las sustancias químicas.

En resumen, Alucinadas II es una magnífica playlist de historias con temáticas de plena actualidad en la que los lectores encontrarán buen hacer de la mano de un puñado de autoras de ambos lados del Atlántico. No os la podéis perder en su versión digital a través de Lektu o en papel en la editorial Sportula.

 

 

 

 

 

 

 

Spanish Women of Wonder

Hoy me enorgullece presentar un proyecto en el que llevo trabajando bastante tiempo, una aventura que en realidad comenzó hace algo más de un año, y que ha permitido dar a conocer el trabajo de 10 autoras de ciencia ficción en español. Me refiero a Spanish Women of Wonder, el proyecto de crowfunding para traducir al inglés los relatos comprendidos en la antología Alucinadas, de la editorial Palabaristas.

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Meses después de la publicación de esta obra en español, hemos organizado una iniciativa de micro-mecemazgo en la plataforma Kickstarter para lograr traducir los relatos al inglés.

Necesitamos la máxima difusión, de manera que Spanish Women of Wonder sea conocida por el mayor número posible de personas. Queremos que las voces de las autoras de ciencia ficción en español, procedentes de ambos lados del Atlántico, se oigan en todo el mundo y eso será posible si conseguimos publicar las historias en el mercado de habla inglesa, el mayoritario en estos momentos.

Os recordamos que la antología cuenta con la participación de la extraordinaria Angélica Gorodischer, que amablemente participa con la historia «A la luz de la casta luna electrónica». Asimismo, la obra cuenta con un prólogo de excepción de la mano de la editora norteamericana Ann VanderMeer, y con las historias de Nieves Delgado (España), Yolanda Espiñeira (España), Felicidad Martínez (España), Layla Martínez (España), Laura Ponce (Argentina), Teresa P. Mira de Echeverría (Argentina), Sofía Rhei (España), Lola Robles (España), Carme Torras (España), y Marian Womack (España).

Hemos contactado con una traductora especializada en traducciones de ciencia ficción y fantasía para llevar a cabo este proyecto que, si todo sale como esperamos, verá la luz en Noviembre de 2016.

¡Os pedimos que nos ayudéis a dar difusión a este kickstarter, para hacer realidad este sueño!

¡Gracias!
https://www.kickstarter.com/projects/1815756115/spanish-women-of-wonder

 

Alucinemos

alucinadas-finalHoy sale a la venta la antología de relatos de ciencia ficción en español escritos por mujeres Alucinadas, de la editorial Palabaristas, disponible como ebook mediante la plataforma de venta online Lektu. Durante las próximas 48 horas el libro podrá adquirirse a través de pago social y, del 30 de noviembre al 6 de diciembre (fecha de inauguración de la MIRCon) podrá comprarse por 1€. A partir del 6 de diciembre, el precio quedará fijado en 1,99€.

El próximo 7 de diciembre, a las 13:00, tendrá lugar la presentación oficial de la antología en el seno de la MIRCon. El evento contará con la presencia de Cristina Macía, de parte de Palabaristas, y de Leti Lara Palomino, como representante del equipo editor. Además, varias autoras participarán en la presentación: Nieves Delgado, Yolanda Espiñeira, Sofía Rhei, Lola Robles y Carme Torras.

Laura Ponce

Laura Ponce

La mejor manera de presentar la antología es dejar que cada una de las escritoras explique qué le llevó a componer cada historia. En este sentido, Laura Ponce nos dijo: «La idea para escribir “La tormenta” se me ocurrió después de ver un documental sobre un río de África que se seca por completo durante buena parte del año, pero cierto día se presenta una tormenta, una gran tormenta, y el cauce seco comienza a inundarse y los peces que se habían mantenido enterrados van saliendo, boqueando, abriéndose paso en el barro. Me pregunté qué pasaría si no fueran sólo peces, y para contarlo quise armar un relato que fuera el relato de un relato de un relato.»

Teresa P. Mira de Echeverría

Teresa P. Mira de Echeverría

Teresa P. Mira de Echevarría explica así el germen de su historia: «En esencia las 9 versiones de la protagonista, cada una relacionada con un animal, son en realidad, los 9 animales con los que yo me siento relacionada o «identificada». Me di cuenta que era como partirme en distintas versiones de mí pero que era necesario reintegrarlas.  Pensando en eso —y con el querido gatito de Schrödinger siempre dándome vueltas por la cabeza—, se me ocurrió que la mente humana, la persona en sí, podrían ser una caja donde lo múltiple se vuelve uno y viceversa, como un microcosmos cuántico. Además está esa cosa zenoniana de moverse en la inmovilidad, el pasaje heraclíteo entre opuestos que siempre me gustó.”

Layla Martínez

Layla Martínez

En palabras de Layla Martínez: “Me obsesionaba la idea de la historia de Croatoan desde que la descubrí, porque siempre me ha llamado la atención el hecho de abandonar la civilización y las historias que giran en torno a eso, desde los ascetas y santos medievales a las actuales. De alguna manera en el relato los que deciden vivir (o se ven obligados a ello) en la colonia subterránea también han abandonado la civilización porque ésta ya no tiene nada más que ofrecer. De alguna manea también se han hecho salvajes e incivilizados”

Marian Womack

Marian Womack

Marian Womack se basó en una experiencia muy personal para escribir su cuento: «Este verano descansamos unos días en Black Isle, y nos alojamos en Pier Cottage. Visitamos las ruinas del castillo, recorrimos el embarcadero, paseamos por la llanura de marea, espiamos a las aves desde los ventanales de la casa. Es un entorno hermosísimo, pero incierto, frágil. En los últimos años, cada vez que hemos vuelto a calzarnos las botas de montaña para salir al campo, un entorno que añoramos desde la gran ciudad, ha sido para volver a escuchar las mismas palabras, casi siempre referidas a la pérdida: del número de aves, del frágil ecosistema, de especies conocidas. Esto está ocurriendo muy rápido, y sólo ahora empezamos a ser conscientes de ello. Creo que se trata de un tema del que necesitamos con urgencia iniciar una conversación, también desde la literatura.»

Yolanda Espiñeira

Yolanda Espiñeira

A la hora de concebir su relato, Yolanda Espiñeira explica: «’El método Schiwoll’ trata de la traición. La traición personal y profesional, que es algo presente en la vida de todo el mundo tarde o temprano, así como los modos en que los humanos transigimos con ella para poder seguir viviendo.  Personalmente, me interesaba tratar este tema, pero el hacerlo en forma de literatura especulativa, me permitió tratar también, aunque tangencialmente, otros temas como el problema de las relaciones entre la mente y el cuerpo, y el estatus de la humanidad como especie.”

Carme Torras

Carme Torras

“Memoria de equipo” de Carme Torras surge de la relación entre la autora y el deporte: “Empecé a jugar a básquet a los ocho años y sigo jugando. La compenetración que llega a alcanzarse dentro de un equipo siempre me ha parecido algo mágico. No es que el equipo sea más que la suma de sus miembros, es que es otra entidad, con memoria y consciencia propias. Un referente de mi relato es la consciencia colectiva descrita en «Más que humano» de Theodore Sturgeon que, trasladada al terreno de básquet y aderezada con las increíbles prestaciones que ofrecerá la tecnología en un futuro próximo, abre un sinfín de posibilidades.”

Nieves Delgado

Nieves Delgado

Sobre su cuento “Casas Rojas”, Nieves Delgado aclara: “Pensé en cuáles serían los límites de «humanidad» que se le impondrían a una máquina, es decir, en qué momento el ser humano se plantearía si una inteligencia artificial es algo más que una máquina. Busqué una situación límite, y se me ocurrió la esclavitud sexual. Porque busco una definición de la cualidad de «humanidad» que sea externa a la propia biología. En realidad, creo que indago en eso que místicamente se conoce como «alma».”

Felicidad Martínez

Felicidad Martínez

Para Felicidad Martínez: «Tres cosas me sirvieron de inspiración para escribir “La plaga”. La chispa fue un artículo científico que me dejó flipando. Desde entonces leo todo lo que cae en mis manos sobre plantas y debo decir que son unos seres vivos muy infravalorados. En segundo lugar, la película Starship Troopers; cada vez que la veo disfruto de esa mala baba, ese humor negro que destila en cada detalle en apariencia trivial. Para mí, el humor no es solo un alivio, sino una sátira. Nada, absolutamente nada en mi relato está puesto porque sí. Todo tiene una intención a la espera de una reacción. Unas veces de forma sutil, otra de manera más evidente. Por último, el relato “Maleficio” de Juan Miguel Aguilera. Un Doom, como el propio título indica, que te tiene enganchado de principio a fin, y no solo por la acción, sino porque además está cargado de pequeños detalles que le dan profundidad y originalidad.»

Lola Robles

Lola Robles

Cuando le preguntamos a Lola Robles, nos contestó: «Al empezar a escribir «Mares que cambian» imaginé un planeta, Jalawdri, donde había cinco sexos y géneros considerados «naturales» en lugar de dos, y donde irían personas de otros mundos para transformar su cuerpo y convertirse en quien siempre habían deseado ser. He intentado adecuar el lenguaje a las personas de ese mundo y a los visitantes. Finalmente creo que he escrito también un relato sobre la necesidad de pertenencia a un lugar, a un grupo, a unos afectos.»

Sofía Rhei

Sofía Rhei

La autora de “Techt” es Sofía Rhei, a la que: “La idea se me ocurrió al ver cómo en los libros estilo «best-seller» el vocabulario es cada vez más reducido y, al mismo tiempo, tras mi experiencia como profesora en la que muchos adolescentes sustituían palabras enteras por signos, contaminados por los SMS. Vi a un chico japonés pulsando teclas de su móvil sin mirarlo, mientras mantenía otra conversación hablando y pensé que las posibilidades de marcación estaban en pañales. Al introducir en los teclados una variable tan frecuente en videojuegos como la marcación simultánea, se multiplican literalmente las posibilidades.”