A veces, siento ternura por el blog, aunque sea un sentimiento que se me pase pronto. Es un ser tan centrado en sí mismo y en sus necesidades pero, cuando me hace un favor, no puedo dejar de sentir hacia él orgullo maternal… un fenómeno efímero, afortunadamente. El otro día me presentó a Walter, uno de sus amigos virtuales. Porque yo escribo, queridos ojeadores de letras que leéis estas líneas. Invento historias que algunas almas caritativas leen, más por simpatía que por auténtico interés. Pero el blog cree que ha llegado el momento de lanzar mi carrera profesional y ha puesto a Walter en mi camino.
Walter resulta más antipático que el blog, todo un logro. Es un ser enjuto, encorvado y perpetuamente ceñudo que se pasa el tiempo hablando por el móvil. No entiendo cómo puede pertenecer al círculo de amistades del blog, pero hace mucho tiempo que dejé de preguntarme por sus relaciones sociales… siempre me sorprende con alguna criatura exótica. Walter no deja de ser otro personaje extravagante de los que colecciona el blog. No me hace mucha gracia que se haya convertido en mi agente –me lanzó su tarjeta de visita de muy malos modos mientras discutía acaloradamente por teléfono-. Al menos, ahora me representa un agente. Espero milagros que no llegarán, jugosos contratos que nunca se materializarán, y fama y reconocimiento que jamás me visitarán.

Sospecho que Walter no ha leído ni una línea de mis relatos, ni un capítulo de mi novela. No conoce a “Rem”, ese extraño ser del que hablo en el cuento homónimo recogido en la antología Ellos son el futuro, que la web Ficción Científica ha reunido. Al mando de esta iniciativa está José Antonio Cordobés, ese incansable amante de la ciencia ficción que con mucha ilusión y en su tiempo libre ha creado una red para que los aficionados compartamos nuestra opinión sobre los títulos del género y descarguemos relatos de autores de ambos lados del Atlántico. Hace ya un año que http://www.ficcioncientifica.com se puso en marcha y no cesa de añadir funcionalidades para ayudar a realizar búsquedas de libros y divulgar el género en general. Es un punto de encuentro, un lugar donde cualquier enamorado de la ciencia ficción puede asomarse a las novedades, los clásicos, las antologías y compartir con otros sus ideas sobre cada obra.
Precisamente para celebrar el primer aniversario de su puesta en marcha, José Antonio tuvo la idea de agrupar en un e-book gratuito (disponible en http://www.ficcioncientifica.com/pages/ebook ) los relatos que varios autores habíamos publicado en su web, dada la buena acogida que estaban teniendo entre los internautas. El resultado es precisamente Ellos son el futuro: Un año de Ficción Científica, la antología ya mencionada y que toma prestado su título de un conjunto de micro-relatos de Santiago Eximeno. Según Eximeno el texto “es un experimento, una ficción mínima fragmentada cyberpunk inspirada por las obras de Jorge Baradit y Francisco Javier Pérez”. En el e-book también aparece otro relato suyo “Madre solo hay una”, de la que su autor dice: “Lo escribí porque había tocado antes el tema de la clonación pero no había quedado del todo satisfecho con el resultado. Quería buscar cierta sensibilidad que aparece muchas veces en mis micro-relatos de horror o costumbristas pero que no había utilizado hasta ahora en los de ciencia-ficción. La inspiración, Ken Liu.”
Precisamente el chileno Jorge Baradit es otro de los autores que aparecen en este libro digital de la mano del relato “La conquista mágica de América”. En palabras del autor, este texto “en su momento quiso poner de manifiesto los distintos niveles de realidad que se viven en este territorio. Acá los indígenas están vivos, las culturas originarias y sus cultos, los ritos alucinógenos, la magia urbana florece, el sincretismo cristiano-chamánico-whatever está mezclado con el asfalto. Los rezos católicos y las ceremonias mapuche se transmiten por fibra óptica. La historia de ‘La Conquista de América’ tiene una dimensión mito-poética en mi interior que quería hacer nacer de algún modo. Este texto es un intento por darle forma a una nueva manera de contar la fantasía desde América.”
Hay dos relatos de Juan González Mesa en esta colección. El primero, “El historial del egófago”, es una inquietante historia de terror de la que Juan dice: «Creo sinceramente que he creado un personaje que no es reflejo de un personaje anterior». De su segundo relato “Putas de Tijuana” apunta: “La ciencia ficción a menudo intenta hablar de las grandes preguntas sobre el hombre, pero este es solo un relato acerca de la amistad y de tener las pelotas en su sitio».
Otro de los autores participantes es Miguel Santander que define su cuento “La gran noticia” como “un pequeño experimento que juega con la percepción de un mismo hecho, una rueda de prensa que anuncia algo muy esperado a través de diferentes puntos de vista con distinto grado de información e implicación emocional sobre los hechos en sí. Hay que aclarar, por supuesto, que cualquier parecido entre «La gran noticia» y la realidad, en estos momentos en que todos miramos con lupa las declaraciones de nuestros dirigentes y las cortinas de humo están a la orden del día, es mera coincidencia… o no.”
Nieves Delgado contribuye con dos relatos, “Hacia dentro” y “Dariya”, en la antología. En el primero se hace un guiño especial a Ficción Científica y el segundo hace pensar inevitablemente en Asimov. La autora comenta de ellos que “son especiales porque buscan explorar la naturaleza última del ser humano, la esencia de lo que somos, y mostrar cómo esos límites rozan una y otra vez con el mundo cambiante que nos contiene. No sé si soy escritora, pero desde luego, lo que sí soy es buscadora”.
El relato de Josué Ramos “Presunto, presunto asesino” se debate entre el humor y el terror psicológico, tal y como él mismo señala: “yo quería escribir una pequeña reflexión sobre la “presunción de inocencia”, tan relativa a veces ante la opinión pública; y sobre el excesivo (y, muchas veces, erróneo) empleo que se hace últimamente de la expresión «presunto». He de confesar que el germen para poner en marcha la idea está en unas cuantas viñetas de «Las calles de arena», de Paco Roca (tras leer el relato, no es difícil saber a cuáles me refiero). A partir de ahí me dejé llevar, por absurdo que me pareciera el texto, hasta el resultado final: un relato weird sobre una situación terriblemente absurda en la que la apariencia puede llegar a condenar a una persona, algo que en nuestra sociedad actual no es tan poco común. Es muy diferente a cualquier cosa que haya escrito antes. Aunque no lo parezca, un relato muy realista. Y, tras terminarlo, me dio la sensación de que es un relato que se hizo a sí mismo.”
José Ramón Vázquez es otro de los autores incluidos en la antología. Para él su relato “es una coctelera entre justicieros urbanos como el Castigador o Harry el Sucio, el actual clima de indignación más que justificada contra los auténticos causantes de la crisis (poder financiero apoyado por el poder político) y la omnipresencia de las redes sociales y programas de tele-realidad. Mezclado, agitado y pasado por la batidora aparece “Share Rider”. […] Yo echaba en falta una crítica social irónica y descarnada como las de Womack en «Ambiente» y otros cyberpunk de los 80. En una situación muy parecida a la actual esa gente estaba criticando las políticas de Reagan y Thatcher usando el género. Nosotros, en lugar de ese tipo de historias teníamos zombis, post-apocalipsis y fantasía medieval. Había casi más crítica social en la literatura juvenil que en la de género orientada a adultos. Necesitaba leer algo como “Share Rider”, pero parecía que nadie estaba escribiéndolo. Por eso me puse manos a la obra.”
“El cadáver sin nombre” de Felicidad Martínez es una historia en la que se mezcla la fantasía, la ciencia ficción y el weird. El personaje principal resulta tan cercano y tan forastero al mismo tiempo que es imposible que deje indiferente al lector. De este texto, su autora señala: “creo que yo no soy quien debe decir qué hace especial mi cuento. Eso debe juzgarlo el lector. Sí puedo decir, sin embargo, que para mí la premisa parte de «nada es lo que parece», y que espero haber conseguido el efecto que andaba buscando.”
Manuel Moledo aporta el relato “Último viaje” y, al preguntarle qué destacaría de él, respondió: “Si me parece que tiene un punto nuevo en la forma de aunar dos conceptos que había sido ya conceptualizados por algún otro autor: el uso del entrelazamiento cuántico (que hace posible el «ansible» de Ursula K. Le Guin y al que yo simplemente llamo «comunicación cuántica») y la digitalización de la personalidad (que es usada con todo su jugo en Carbono Alterado de Morgan). Bueno, y la clonación, pero eso está tan usado que ni vale la pena comentarlo. Dos cosas más que me gustan, aunque no creo que hagan el cuento especial. El alegato contra la ejecución como castigo, y la importancia de la edad biológica (nivel de testosterona) en el comportamiento. “
“Adaptación” y “Futuro” son los dos cuentos de Ricardo Manzanaro Arana en esta antología. Los describe como “de corte humorístico, que es un estilo dentro de la ciencia ficción poco frecuente, y en la ciencia ficciónen castellano creo que aún más. Mis autores preferidos de cuentos son Fredric Brown y Robert Sheckley, con lo que te puedes hacer una idea del estilo que sigo. También en muchos de mis cuentos trato el tema sociológico.”
“Rem”, de Cristina Jurado, es más una leyenda weird que un relato. En palabras de su autora “se trata de antropomorfizar el sentimiento de culpa, tan destructivo. Me hubiera gustado escribir algo de ciencia ficción dura, pero cuando José Antonio me pidió un cuento, éste fue el que se me ocurrió. Creo que es más un volcado de emociones propias que una narración en sí, pero es una pieza honesta.” La propia Cristina ha sido la encargada de redactar el prólogo del e-book en el que hace un breve repaso a cada uno de los textos y a sus autores. Y sí, la Cristina Jurado a la que me refiero soy yo misma, pero seguiré refiriéndome a ella en tercera persona para poder despacharme, si creo que se lo merece.
Ellos son el futuro: Un año de Ficción Científica es como una tabla de tapas de la narrativa breve en español: hay de todos los sabores y con ingredientes distintos para dar gusto a todo tipo de paladares: Ciencia ficción dura, weird, terror, fantasía urbana, ciberpunk, ciencia ficción social… Propuestas frescas de distinta extensión por parte de autores, más conocidos algunos y menos otros, igualmente interesados en apoyar el género que más les gusta en nuestro idioma.
Walter dice que “Rem” (mi cuento) desentona en el conjunto, que debo ser más disciplinada a la hora de escribir y que se acabó eso de regalar relatos. Es increíble cómo puede conversar con dos personas al mismo tiempo (sigue hablando por teléfono) pero si consideramos que lo suyo es más un monólogo que un diálogo, en realidad lo que hace es arrojar palabras por la boca, unas veces dirigiéndose a mí y otras a su interlocutor telefónico.
Me temo que nuestra relación profesional será muy breve. Antes de contratarlo, lo voy a despedir.
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