Taxis rosas, Star Trek y literatura en Dubai

Es casi imposible encontrar un taxi libre un viernes a mediodía en Dubai. El fin de semana en los Emiratos Árabes Unidos comienza ese día y termina el sábado, pero es el viernes la jornada santa para los musulmanes y, precisamente a las doce tiene lugar una de sus oraciones. La mayoría de taxistas procede de Pakistán, luego no es extraño que las calles se vacíen de automóviles para transporte público. Por cierto, Dubai es donde vivo actualmente.

El pasado 8 de marzo, viernes como ya os lo habréis imaginado, tuve que salir a la carretera para localizar un taxi que me llevara al hotel donde se celebraba el Emirates Airline Festival of Literature. Una dama con velo rosa se paró en un taxi con el techo de ese mismo color: se trataba de un taxi rosa, un servicio de transporte exclusivo para mujeres que no desean viajar en vehículos conducidos por hombres (o sea, clientela femenina musulmana). Aunque yo soy atea –y a mucha honra- me lancé a cogerlo sin pensarlo. Afortunadamente, el blog no venía conmigo: no hubiera sido aceptado como pasajero.

El Dubai LitFest, como todo el mundo lo conoce,  había comenzado un día antes con las habituales sesiones introductorias y el blablablá institucional de rutina. Planeaba asistir a una sesión llamada “Sci-fi across continents”, con la escritora emiratí Noura al Nomany el norteamericano Alan Dean Foster.

Cuando llegué a la sede del festival, creí encontrarme en una medina modernizada. Proliferaban las abayas negras (de moda entre las mujeres musulmanas), los dishdashas impolutos (las túnica blancas de los varones del Golfo Pérsico), los short acompañados de sandalias con calcetín blanco (uniforme anglosajón), las gafas de sol (accesorio imprescindible) y los libros. Literalmente, qué bien queda este adverbio en una Feria del Libro, había obras por todas partes. Algunas se vendían al fuego lento de las máquinas registradoras, otras se firmaban en las mesas habilitadas para los autores, muchas se hojeaban…

Equipada con el mapa/folleto del programa, me dirigí como si realmente supiera a dónde iba a la sala de la charla. El típico cartel genérico con el logotipo verde pistacho del LitFest informaba de un cambio de última hora. ¡Con lo que me había costado encontrar la sala, ahora la cambiaban! En estos casos lo mejor es preguntar por el nuevo enclave, pero mi técnica favorita es la “persecución disimulada” en la que uno espera a que otra alma cándida se encuentre en la misma situación. Que sea él o ella quien pregunte: uno solo tiene que seguirle los pasos a distancia prudencial. Después de poner en práctica la citada táctica, me siento en la segunda fila. La habitación es pequeña pero dispone al fondo de una “jaula” para los intérpretes (Así se conoce a las cabinas de los profesionales de la traducción, con todos mis respetos… yo solo trascribo palabras que oí a unas señorita de la organización).

La segunda fila es un lugar seguro. En la primera te expones a la saliva expulsada sin intención pero igualmente “bautizadora”, así como al escrutinio indiscriminado por parte de los participantes en la charla (¿por qué lo llamarán charla cuando se trata de monólogos  que se interrumpen los unos a los otros?) Sentarse más lejos es perderse miradas y otros gestos reveladores de los participantes (podríamos llamarlos “charlatanes” puesto que intervienen en una charla ¿no?)

Una chica muy joven con abaya, ojos grises y aparato ortodóntico se sentó a mi lado y sacó una tableta digital que grababa voz y que dispone de una aplicación de última generación para tomar notas. Comparada con mi block rojo de páginas cuadriculadas y mi Bic azul, me sentí un poco ridícula.

Entonces suspiré y me acordé de aquella vez que viajé en avión al lado de un programador informático profesional. Con sus múltiples baterías para ordenador portátil y su teclado flexible, se pasó las ocho horas del vuelo Paris-Chicago aporreando teclas y escribiendo código en verde fosforito sobre fondo negro. Cuando llegó el momento de rellenar el formulario de entrada para USA, me pidió mi bolígrafo porque no llevaba ninguno. Al devolvérmelo, le indiqué que se lo podía quedar a lo que él negó con la cabeza al tiempo que me decía: “No thanks, I´m so digital!”.

En ese momento hizo su entrada Noura al Noman seguida de Alan Dean Foster. Como pasaron por mi lado, Noura me reconoció. Rápidamente me presentó a Foster con un acelerado “Alan, Cristina,… Cristina, Alan” y yo le di la mano al autor y lo saludé. Minutos antes había enviado un mensaje de texto a Noura deseándole buena suerte y que ella me agradeció instándome a formular preguntas difíciles solo a Alan.

Mientras esperábamos que el moderador de la charla se instalara y diera paso a los participantes, vi que Noura cuchicheaba con Alan (nos vamos a ir tuteando, que ya nos han presentado) y que ambos miraban en mi dirección. Pude oír cómo la emiratí le explicaba que soy una escritora española de ciencia ficción. Entonces me sonrojé y me agobié un poco porque el oficio que me estaban adjudicando me quedaba grande… no ¡grandísimo! Alan Dean Foster me miró directamente y dijo esa frase tan popular claramente indicadora de que uno es un ser viajado y cosmopolita: “Ah… ¡española!… “.

El moderador llegó e intercambió varias fórmulas de cortesía con los autores. Luego se dirigió a la audiencia y los presentó. Me enteré entonces que estos dos ya se conocían. Parece ser que Noura escribió a la editorial que publica las novelas e historias cortas de Foster para obtener el permiso para traducir algunas al árabe. La editorial nunca le contestó pero fue el propio escritor quien se puso en contacto con ella para ofrecerle su ayuda y desde entonces se cartean (cartas de verdad, con matasellos y todo). El año pasado Noura se encontraba en Londres visitando a uno de sus hijos cuando se celebraba una convención en la que Alan participaba y se dejó caer por allí. Entonces se conocieron en persona y ella le invitó a venir a LitFest de Dubai.

La verdad es que hacían una extraña pareja: él llevaba una camisa horrorosa de color marrón con manchas naranjas… ¿o era naranja con manchas marrones? Quizás se trataba de un modelo de camuflaje apto para el desierto, aunque la arena de aquí es de color beige. Ella de negro, con su abaya y velo de muselina. Alan llevaba pendiente en la oreja izquierda, que le daba un aire un tanto canalla. Noura iba ligeramente maquillada, aunque el mejor accesorio que la acompañaba eran sus seis hijos sentados en primera fila y sin perder detalle).

En la primera cuestión planteada por el moderador, los escritores  “monologuearon” sobre la diferencia entre ciencia ficción y fantasía. Alan citó a Ray Bradbury”Science fiction is literature about the possible and fantasy is literature about the impossible”. Comenzó en ese momento una digresión sobre conceptos científicamente incorrectos en el género y Foster puso como ejemplo al personaje de Jar Jar de Star Wars, una criatura que supuestamente vive bajo el agua, pero cuyo aspecto físico es totalmente incompatible con dicho hábitat. Noura mencionó a la protagonista de su novela –Ajwan-, otro ser que respira en el agua, y se preguntó si existen obras que sucedan en mundos acuáticos.Alan respondió: Behind de silver sky, pero yo no he podido encontrar ninguna referencia sobre ese libro.

Llegamos a esa parte de toda charla sobre géneros literarios que se precie en la que se aborda el tema de los personajes, más concretamente, cómo dotarles de credibilidad. Alan tomó la palabra y comentó que el género en los años 50 comenzó a cambiar y a orientarse más hacia los personajes. Este hombre parece una enciclopedia bípeda. El coloquio tomó un giro inesperado para abordar la relevancia de investigación previa a la hora de desarrollar una historia. Al hilo de la afición viajera de AlanNoura destacó la importancia de conocer los pueblos de este planeta a la hora de plantearse crear mundos en otros planetas. También se refirió a la necesidad de que las obras de ciencia ficción sirvan para entretener y divertir al lector y no para darle lecciones de moral.

Cuenta la emiratí que fue muy criticada porque en la presentación de Ajwan se contrató a una figurante con ojos azules que se presentó en el evento vestida de la heroína, o sea, con una careta anti-gas. Mucha gente la tachó de escribir historias demasiado occidentalizadas. Noura se defendió argumentando lo obvio: se trataba de una narración sobre una alienígena y ahí no hay consideraciones geo-políticas o religiosas que valgan. ¡Noura 1-intolerantes anónimos 0!

Una de las cosas que más me gusta de las charlas, coloquios, debates, paneles, entrevistas, tertulias, conferencias e incluso mítines son las divagaciones. Alan nos regaló una muy interesante a propósito de las modificaciones genéticas en seres humanos aceptadas socialmente. Se refería el mundo del deporte de alto rendimiento y puso como ejemplo a los jugadores de fútbol americano. Contaba el de Arizona que el peso de quienes practican profesionalmente este deporte ha aumentado extraordinariamente en los últimos 50 años, gracias a una cuidada alimentación y a un programa de ejercicios hecho a medida, de manera que ahora se trata de auténticas moles de carbono orgánico.

Cuando llegó el turno de preguntas, un tipo de tez blanca y pelo rubio se me adelantó y el moderador le dio la palabra para formular una pregunta que no entendí. Quise copiar la transcripción de la chica que estaba mi lado, tan digital y moderna ella, pero sus notas estaban en árabe. La vez siguiente le hice a ambos una pregunta que a mí me preocupa bastante a la hora de escribir: ¿cómo dotar a cada personaje de una voz diferente y que no parezca que eres tú hablando por boca de cada uno de ellos?  Alan dijo que él suele utilizar dialectos o acentos distintos para distinguir la forma de hablar de cada uno de sus personajes. Noura por su parte contestó que crea fichas sobre cada personaje que le ayudan a la hora de hacerlos expresarse de una manera propia.

Una vez levantada la sesión, esperé a que amigos y familiares se acercaran a felicitar a los ponentes. Noura me hizo una leve seña para indicarme que nos veríamos en el hall del hotel. Allí tuve la oportunidad de hablar varios minutos con ella y Alan. Por más que intenté sonsacar al estadounidense, no conseguí que me contara nada sobre la última película de Star Trek, cuya novelización ha terminado justo hace un par de semanas.

Lo que sí me contó es que le mandaron una copia de la cinta con un montón de contraseñas y que pudo visualizarla en el ordenador de su casa mientras la contrastaba con su manuscrito. Intenté utilizar mis encantos personales para averiguar unas migajas, pero no sirvió de nada… mis encantos no parecen funcionar o quizás el contrato que firmó Alan tiene unas clausulas penalizadoras tremendas. Lo que sí compartió conmigo es que trató de resolver una paradoja de la franquicia trekkie sobre una escena de la película en la que se emplea una nave cuando se podría utilizar el tele-transportador. O al revés, no estoy segura de si lo capté en este orden. Me dijo que veremos cosas que no hemos visto nunca, pero esto me sonó a eslogan publicitario (soy Publicitaria… huelo a eslogan y a las cuatro “p” del marketing a kilómetros de distancia).

Hablamos sobre inventar historias con mundos en otros planetas y sobre la necesidad de ser muy riguroso a la hora de ofrecer detalles científicos. Me dijo que escribiera sobre cosas que conozco y que no dejara de hacerlo todos los días porque esa es la llave para estimular el aterrizaje de nuevas ideas. Nos interrumpió un miembro de la organización que instó a Alan acompañarle para participar en otro evento. Nos dimos la mano y fue muy cordial en su despedida. Aproveché la ocasión para agradecer a Noura que nos presentara y la emplacé para vernos posteriormente.

Hay que reconocer que los organizadores del LitFest intentan incluir alguna sesión dedicada a la ciencia ficción y la fantasía para alborozo de los fans de estos géneros que vivimos en los Emiratos Árabes Unidos… cierto que somos cuatro gatos, pero maullamos con mucha clase, eso sí.

El blog se enfadó porque no lo invité a acompañarme. Cualquier motivo le sirve de excusa para enojarse conmigo. Así me gano varios días de miradas airadas y de silencio…

 

Noura al Noman, autora de Ajwan: “La sci-fi me ha enseñado que tenemos más en común los unos con los otros de lo que parece”

No sabía que el blog leía en árabe. Lo descubrí el otro día cuando le sorprendí con un libro en la mano, pasando las páginas de derecha a izquierda. Era Ajwan, una novela juvenil escrita por la autora emiratí Noura al Noman y editada por la editorial egipcia Nahdet Misr.

Mi sorpresa se tradujo en fascinación cuando, tras preguntarle con insistencia, comenzó a contarme el argumento de una historia que transcurre fuera de nuestro sistema solar, con seres humanos que han modificado sus cuerpos y hábitos de vida para adaptarse a nuevos hábitats. Obligada por unas circunstancias extremas, la heroína se embarcará en un viaje que la alejará de su planeta oceánico y en el que descubrirá facetas insólitas de su personalidad. Es una odisea tanto personal como galáctica, muy capaz de atraer la atención de la juventud árabe por sus numerosas referencias a eventos de magnitud similar que ocurren en la actualidad.

El blog se pone en contacto con Noura al Noman y yo no puedo resistirme a hacerle las preguntas que se me habían ocurrido mientras me detallaba la narración.

Cristina Jurado: Ajwan es una novela de ciencia ficción en árabe para jóvenes adultos. Me encantaría que hicieras una breve sinopsis para los lectores.

Noura al Noman: Ajwan es un nombre árabe derivado de la palabra “jown”, que significa mar pequeño o caleta. Ajwan sería su plural.  Éste es el nombre de la protagonista, una muchacha de 19 años procedente de una raza capaz de respirar en el agua. La novela comienza con la devastación emocional que supone la arriesgada huida de su planeta, víctima de una catástrofe natural que lo destruye y que acaba con toda su raza. Esta traumática experiencia despierta una capacidad latente en ella: la Empatía. El trauma deAjwan se agudiza cuando se da cuenta de que está embarazada y recibe la noticia de que su marido ha muerto en el desastre planetario. ¿Cómo va a poder seguir adelante como una refugiada en este universo tan vasto? Al mismo tiempo, actos de violencia se suceden por todo el sector del universo en el que ella vive, dejando perplejos a los investigadores. Estos eventos misteriosos afectan la vida de Ajwantraumatizándola aún más. Para poder seguir adelante con su vida, debe elegir entre abandonar el camino de la no-violencia o convertirse en un soldado pero ¿podrá hacerlo cuando es un Ser Empático?

 

CJ: He leído que comenzaste a escribir Ajwan porque no podías encontrar una novela para jóvenes adultos en árabe. ¿Cómo se te ocurrió la historia? ¿Cuánto tardaste en escribirla?

NaN: Sí, tengo dos hijos en edad adulta y cuatro hijas adolescentes. Todos ellos crecieron alrededor de mi biblioteca, que está repleta de novelas de ciencia ficción y fantasía que colecciono desde mediados de los ´80… en inglés, claro.  Hace cuatro años, estuve buscando literatura en árabe para adolescentes y no encontré prácticamente nada escrito específicamente para este público. Todo lo que había disponible no podía competir con lo que tenía en mi biblioteca. Mi marido y mis amigos más cercanos me animaron a escribir en árabe. Como siempre me han gustado series de TV como Man from Atlantis, elegí una protagonista que pudiera respirar en el agua. Al principio, sólo sabía que la empatía sería su poder especial (creo que no hay la suficiente en este mundo y existen numerosos super-poderes destructores ahí fuera) y qué le haría cruzarse en el camino de su antagonista. El resto surgió cuando empecé a escribir un párrafo después de otro. Me inspiré en temas de esta parte del mundo: la gente marginada y desarraigada, y las personas sin escrúpulos y sedientas de poder que las utilizan para lograr sus propios fines a través del terrorismo y los actos violentos. Para llevar a buen puerto este proyecto, al tiempo que trabajaba y me ocupaba de mi numerosa familia, me prometí a mí misma escribir 800 palabras al día. Terminé el manuscrito en nueve meses, lo que se tradujo en más de 91.000 palabras.

 

CJ: Creo que novela es muy valiente. Primero, porque abordas un género que tiene poca tradición en árabe. Segundo, porque elegiste una chica como protagonista. Tercero, la historia contiene numerosas referencias a la actualidad política y social. ¿Fue complicado encontrar una editorial que apoyara tu proyecto?

NaN: Supongo que tiendo a ser una anomalía en muchas de las cosas que hago.  Siendo adolescente solía leer novelas en inglés cuando nadie de mi entorno, ni mi familia ni mis compañeras de escuela, lo hacían. Vestía vaqueros y camisetas a finales de los ´70 y principios de los ´80 cuando era poco habitual. A mediados de los ´90 fui la única mujer emiratí que abrió un despacho de traducción jurídica. Creo que nunca he hecho nada para agradar a los demás. La primera editorial emiratí que leyó Ajwan (que ya había publicado dos libros míos) me dijo que no la veía apropiada para menores de dieciocho años. Otras dos editoriales árabes me contestaron que no publicaban ciencia ficción y el resto ignoró mis mensajes. Cierto editor leyó tres páginas de la novela y me pidió que se la enviara. Aunque respeto su trabajo, me preocupaba la distribución del libro (un problema común para la mayoría de las editoriales árabes) y había visto algunas de sus obras en la que la edición dejaba un poco que desear. Podría decirse que esperé a que la oferta adecuada llamara a mi puerta. Sabía que Nahdet Misr había traducido El Señor de los Anillos yHarry Potter y me presenté ante la directora durante la Feria Internacional del Libro de Sharjah. Su respuesta fue muy positiva. Cuando Nahdet Misr decidió apoyar mi proyecto, me di cuenta de que yo no era sólo una “geek” que pensaba que podía escribir.

 

CJ: Con una formación en inglés y traducción ¿hay planes de traducir Ajwan al inglés?

NaN: Tan pronto como terminé de escribir la novela, una amiga muy cercana que me había apoyado enormemente -pero que no habla árabe- me preguntó si podía leerlo. Me llevó siete meses traducirlo. Sigue siendo una traducción y necesita una edición adecuada realizada por una persona que no sea el traductor. Hace un mes, mi editorial me la envió editada a tiempo para mandarla a una editorial alemana y a otra turca que me habían contactado. Aunque todos mis amigos me piden que la publique en inglés, no puedo hacerlo todavía. El problema es que en esta parte del mundo, nuestros adolescentes leen en inglés y casi nada en árabe. La idea de publicar Ajwan era proporcionar contenido en árabe para este público. Mi hija mayor, de diecisiete años, leyó el libro en árabe y le gustó. Tres jóvenes se comunicaron conmigo por Twitter para decirme que era la primera novela en árabe que leían. Esto quiere decir que la temática de sci-fi había conseguido acercarles al árabe. Por eso, creo que voy a esperar un poco para publicarla en inglés.

 

CJ: En una entrevista mencionas las dificultades de escribir ciencia ficción en árabe, porque algunas ideas nuevas son difíciles de transcribir. ¿Cómo es escribir en árabe dentro de este género?

NaN: Escribir Ajwan ha resultado muy educativo, tanto a la hora de acometer la producción de una novela como en cuanto a la estructura de los párrafos o de las frases en árabe. Sé que sonará gracioso, pero me sentí como si estuviera escribiendo en una segunda lengua y no en mi idioma materno. Soy Licenciada en Literatura Inglesa y cuento con un Master en Traducción. Tengo que admitir que le debo mucho a mi profesor, Basil Hatim, por hacerme ver el árabe de una manera distinta, por ayudarme a apreciar sus matices y por guiarme hacia buenos libros de referencia allá por el año 2000.

Incluso entonces, sentí que no disponía de casi ningún marco de referencia, porque tenía muchas ganas de escribir una historia pero poco tiempo para remitirme a la estructura o las novelas en árabe. No sólo debía resolver problemas sobre la jerga científica sino, simplemente, buscar la manera en la que narrar las escenas de acción. ¿Cómo describir una pelea? De hecho, no sabía cómo describir cosas tan simples como “chasquear la lengua” o “cruzarse de brazos mientras se apoyaba en un escritorio”. Tengo dos amigas escritoras, Salha Ghabish Fatma Al Nahidh, con experiencia que no consiguieron ayudarme. ¡Era bastante frustrante!

Afortunadamente vivo en un país en el que se subtitulan todas las películas. De este modo, un espectador con poco conocimiento del inglés puede disfrutar de un largometraje de ciencia ficción. Esto me ayudó a la hora de buscar traducciones para conceptos como “los agujeros de gusano” o los “motores de ion/plasma”. Admito que la traducción no es la ideal (realmente necesitamos desarrollar nuestro propio vocabulario en árabe), pero al menos no tuve que empezar desde cero. Al final, ésta ha resultado ser una experiencia increíble para mí y me encanta enfrentarme a estas cuestiones de nuevo, mientras descubro nuevos problemas e intento empujar los límites de la literatura de sci-fi. En la secuela de Ajwan, el segundo libro de la saga, he inventado una palabra para una motocicleta anti-gravitatoria y me siento muy bien con ello.

Una novela en árabe sin cultura “árabe”

CJ: ¿Te consideras una ávida lectora de ciencia ficción y fantasía? ¿Cuáles son tus autores favoritos del género y por qué?

NaN: De los catorce a los veintiocho años, leí casi exclusivamente sci-fi. Después empecé a alejarme de la ciencia ficción y a interesarme por otros géneros, pero siempre continué leyendo fantasía. Tras terminar Ajwan, decidí volver a disfrutar de libros de ciencia ficción. Mi fascinación con este tipo de temática comenzó cuando vi un tráiler de La Guerra de las Galaxias en 1977. Consiguió atraparme completamente. Uno de los primeros trabajos que me introdujeron en la “creación de mundos” es Dune de Herbert. Hasta entonces, las novelas que había disfrutado contaban aventuras en galaxias, etc, pero cuando ves un mundo al completo te sientes atraído a él e incluso comienzas a crear tus propios personajes, cultura o aventuras dentro de ese mundo. Otros autores son: Alan Dean Foster con su universo HumanxAnne McCaffrey con su serie PernJulian May con su Saga of Pliocene Exile y la serie Galactic Milieu. Todas y cada una de esas obras me enseñaron las ventajas de crear mundos ricos con escenarios detallados que permiten desarrollar nuevas historias y spin-offs más tarde. Quería conseguir el mismo efecto en los lectores árabes. Sin embargo, no quise limitarme con mi propia cultura. Si la ciencia ficción trata del futuro, yo imagino uno en el que las etnias de la Tierra se han diluido tanto que no son reconocibles. Creo que mucha gente se sentirá decepcionada ante la falta de cultura “árabe” en Ajwan. Pero lo hice así a propósito.

 

CJ: Me sorprendió aprender que había pocos títulos de sci-f en árabe. ¿Por qué crees que es así?

NaN: No estoy realmente segura. Debo admitir que no he leído novelas en árabe en años. La última fue Utopia de Ahmed Khalid Tawfiq porque había oído que era de ciencia ficción y tenía curiosidad por comprobar cómo otros autores árabes escriben. Aunque disfruté del libro, no aprendí demasiado leyéndolo. Se desarrolla en Egipto en unas cuantas décadas. He consultado algunas reseñas de otros trabajos de autores árabes, tanto hombres como mujeres. Parece que todos presentan los mismos “límites”: se trata de historias que suceden en la Tierra y en un futuro no muy lejano. No sé por qué y tampoco puedo realizar un análisis al respecto puesto que no soy una especialista en la materia, pero creo que debe haber alguna razón. Asimismo parece que todos tratan “asuntos árabes”, políticos o sociales, lo cual no es erróneo per se (Ajwan también lo hace), pero creo que pueden llegar a deprimir. ¿Tiene la ciencia ficción que ser un instrumento para “arreglar” las cosas? ¿No puede tratarse sobre la creación de mundos en los que existe la posibilidad de que mucho más? He leído un montón de ciencia ficción en mi juventud y si no hubiera sido por sus saltos de imaginación o por los temas y argumentos de otros mundos, nunca me habría sentido atraída hacia este tipo de literatura. Me preocupa que ésta sea la razón por la que nuestra juventud no lee ni escribe ciencia ficción en árabe, aunque puede que me equivoque.

Otro elemento relacionado es el sistema educativo que ha fracasado a la hora de interesar a los jóvenes en la ciencia, de cara a sus estudios y a una posible carrera. Sin ciencias no puede haber obras relacionadas, ni tampoco lectores. Y la consecuencia trágica de todo esto es el hecho de que el mundo árabe impulsa muy poco las iniciativas científicas. Es gracioso cómo la gente subestima la sci-fi cuando tiene la capacidad de traernos de vuelta a la primera línea de los avances científicos.

 

CJ: ¿Qué crees que puede aportar la ciencia ficción a la audiencia árabe?

NaN: Como ya digo en la respuesta anterior, puede producir los científicos árabes del futuro. Puede mostrarles que algunas predicciones sobre el devenir se hacen realidad y que deben estar preparados para los cambios que se avecinan, tanto si son buenos como si son malos. Pero una de las mejores cosas que la sci-fi me ha enseñado, y creo que a otros también, es que tenemos más en común los unos con los otros de lo que parece y que no hay tantas cosas nos diferencien. Debemos celebrar las similitudes y respetar las diferencias sin tratar de imponer nuestros ideales a los demás. Utilizando a extraterrestres para introducir esas ideas, podemos enviar un mensaje sutil que puede crear una generación más tolerante y un futuro más pacífico. Respecto a este punto, muchos me han dicho que soy demasiado ingenua.

 

CJ: En relación con la pregunta anterior, ¿qué puede aportar la cultura árabe a la ciencia ficción y la fantasía?

NaN: Creo que cada cultura posee atributos únicos que, unidos a la sci-fi, pueden generar contenidos que apelen a los lectores de otras sociedades, cansados quizás de recibir las mismas historias.

 

CJ: Hay mucha influencia española en los nombres de los personajes y lugares donde se desarrolla Ajwan. Has mencionado que hay una historia que se esconde tras este detalle. ¡A nuestros lectores españoles les gustaría conocerla!

NaN: Cuando creas otros mundos, necesitas una premisa de la que partir. La mía era que, en el futuro, los humanos dejarían la Tierra y colonizarían otros planetas habitables. Esto los alejaría de nuestro sistema solar y habrían olvidado sus orígenes por completo. Sin embargo, debido a la naturaleza humana, viajarían en grupos étnicos: los rusos colonizarían varios planetas; chinos, indios, japoneses y españoles harían lo mismo. En sus mundos correspondientes los nombres de los ríos, montañas, ciudades e incluso de la gente procederían del lenguaje hablado por los primeros colonos. In Ajwan, “Esplendore” es un planeta con una población mediterránea formada por españoles, turcos e italianos que han creado sus propios “países/reinos”. Cuando decido que quiero que los eventos narrados trascurran en un nuevo planeta, elijo la nacionalidad de sus colonos y luego pienso en conceptos –valor, belleza, violencia, función, etc- y uso Google Translate  para producir términos que pueda emplear como nombres. Así “Esplendore” se compone de diversos reinos: uno es un “sultanato” llamado “Segovia”. La Sultana de “Segovia” es manipulada por alguien y por ello elegí el nombre de “Marionetta” para ella. Su hijo, el heredero, se llama “Heredero” en el texto en árabe. Como esas palabras se transcriben al árabe, el lector las ve como simples nombres sin significado alguno (a menos que sepan español). He hecho esto mismo con casi todos los nombres del libro.

 

CJ: Actualmente estás trabajando en una secuela. ¿Tienes pensado escribir una saga?

NaN: Tengo esbozado el argumento para tres libros más. El segundo verá el final del camino emprendido por la protagonista en el primer libro. Sin embargo, le van a suceder muchas más cosas antes de convertirse en la mujer que merece ser. Esta historia se basa en el desarrollo del personaje.

He finalizado, además, el primer capítulo de un libro de fantasía para jóvenes adultos que tiene lugar en los Emiratos Árabes Unidos y que lleva a un grupo de adolescentes a vivir aventuras en los siete emiratos. Desgraciadamente, tendrá que esperar hasta que termineAjwan 4, a menos que viva en una isla desierta y pueda producir 5000 palabras al día. ¡Puedo soñar! De todas maneras, todo empezó con un sueño.

 

Queremos agradecer a Noura al Noman su gentileza al contestar nuestras preguntas con amplitud y prontitud. Le auguramos un prometedor futuro a la saga Ajwan y esperamos que en un futuro podamos disfrutarla quizás en otros idiomas.

El blog está celoso. Dice que debería ser él el que firmara la entrevista con Noura. Le contesto que fue él quién nos puso en contacto y que siempre soy yo quien se encarga de proponer y gestionar las preguntas. No parece que mis argumentos lo convenzan. Según él, que me he apropiado indebidamente de uno de sus contactos.

Le propongo cambiar la entrada y sustituir mi nombre por el suyo.

Me mira despechado y se echa a reír.

Tengo miedo…