Cuéntame un cuento”, me pide el blog antes de irse a dormir. Porque los blogs duermen, aunque no lo necesiten realmente porque son criaturas virtuales que no están sujetas a las limitaciones biológicas de un cuerpo físico. Eso quiere decir que su cuerpo es un constructo digital que no requiere el descanso cíclico que los seres humanos precisan. Pero, como yo duermo, él ha adoptado mis patrones de sueño y también se va a la cama, creo que por puro mimetismo. No creo que entre en la fase REM porque nunca me ha contado sueños o pesadillas que haya tenido. En realidad, tengo que reconocer que nunca he conseguido verlo durmiendo.
Como no tengo libros de cuentos tradicionales por casa, me pongo a leerle Her Fingers http://www.amazon.com/Her-Fingers-Tamara-Romero/dp/1621050661/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1353682836&sr=8-1&keywords=her+fingers+romero de Tamara Romero.“Esto no es un cuento, es una novela corta”, pensarán algunos; “¿cómo le lees algo tan raro al blog?”, opinarán otros. Poco me importa, porque el blog escucha atento y parece que la historia le ha enganchado. No es para menos.
Un cuento moderno, escrito en español pero publicado en inglés
Definir Her Fingers sería labor de un filólogo bien informado y tampoco es que el libro lo requiera, pero siento la urgencia de reivindicar esta obra como un cuento literario moderno. Así soy yo. La autora lo escribió originalmente en español y tras contactar con la editorial Eraserhead Press –editorial independiente de obras Bizarro- y capturar su interés, se decidió a traducirlo al inglés. Yo la felicito por esa decisión porque la historia funciona muy bien en su versión inglesa. Publicado el año pasado en formato físico y disponible desde hace poco en e-book, es una narración muy eficaz difícilmente encasillable.
Precisamente por estar publicada en una de las editoriales que forjó el nombre de lo Bizarro, en términos de género Her Fingers se enmarca en ese sub-género del New Weird. Al menos, eso es lo que defiende Rose O’Keefe, editora de la editorial en una entrevista del 2010 http://www.fantasy-magazine.com/non-fiction/bizarro-fiction-101-not-just-weird-for-weirds-sake/. O´Keefe diferencia entre literatura Bizarro y el New Weird, definiendo la primera como una forma extrema de la segunda. En este sentido, el New Weird se entiende como ficción especulativa vanguardista con inquietudes intelectuales, mientras que lo Bizarro sería una parcela de lo anterior más interesada en proporcionar puro entretenimiento sin demasiadas expectativas intelectuales. Esto último es matizable: en Her Fingers no solo hay voluntad de entretener sino un entramado de conceptos fantásticos bien construidos que remiten a una reflexión sobre la realidad. Yo, personalmente, la incluiría en el New Weird.
No quiero ceñirme solo a las definiciones doctas y biensonantes para hablar de mis impresiones sobre el libro de Tamara Romero, aunque creo que apoyan mi tesis de partida. Veréis: leí Her Fingers de una sentada. Si no hubiera sido por las interrupciones que forman la banda sonora de mi hogar, la hubiera terminado en una tarde. En este sentido siempre me guío por Edgar Allan Poe, que decía que un buen cuento es una obra de ficción que trata de un solo acontecimiento y que puede leerse sin interrupción, en una única sesión de lectura. Para el norteamericano es además imprescindible que el autor consiga impresionar al lector, no dejarlo indiferente, y que todos sus esfuerzos vayan dirigidos en esa dirección –the unity effect, que él llamaba- .
Her Fingers representa para mí ese tipo de historias de las que Poe hablaba y que él mismo cultivó. Seis capítulos y un epílogo bastan a Romero para que nos transporte a una realidad paralela con aroma a steampunk, ciberpunk y cuentos populares. Si bien no pertenece al esfera de estos últimos –los cuentos de hadas, para que nos entendamos- el texto se enmarca más en los cuentos literarios porque presenta una forma cuidada, un tiempo y un lugar concretos –aunque fuera de la realidad presente- y unos personajes bien armados que reaccionan con credibilidad ante situaciones extremas.
A ver cómo os describo este cuento sin desvelar ninguno de sus jugosos secretos: Misadora es la protagonista de unas aventuras relacionadas con la forma de vida que ha decidido adoptar. Buscada por una dictadura que detenta el control en su realidad, intenta escapar de un futuro sin libertad cuando se encuentra con un científico que la socorre en una dramática situación. Poco a poco, y con la ayuda del científico, irá comprendiendo la naturaleza de la persecución a la que está siendo sometida. Descubrirá el verdadero alcance de las maquinaciones gubernamentales que intentan doblegar la voluntad de los ciudadanos a través de las sustancias más adictivas. Entonces, conocerá la verdadera identidad de su benefactor.
La brevedad de Her Fingers no impide que la narración rebose calidad: está elaborada con mimo, cuidando los detalles, construyendo un mundo insólito pero coherente repleto de referencias fantásticas. Como ya dije, la traducción al inglés está bien resuelta y, como dice el editor a comienzo, el texto se beneficia del lirismo añadido por la labor traductora de la autora.
Tamara Romero representa un tipo poco habitual de narradores que están surgiendo en España, en línea con la ficción especulativa más audaz e interesante de mercados como en anglosajón. Para complementar esta reseña, hemos tenido la oportunidad de acribillar a preguntas a la autora, que con mucha paciencia y generosidad ha accedido a darles respuesta.
“Me gusta recurrir a la magia en las historias en sus variantes oscuras, a lo Alan Moore o Aleister Crowley, o la magia del caos”
Cristina Jurado: El año pasado leí dos libros que cambiaron mi forma de entender la literatura fantástica: me refiero a Perdido Street Station de China Miéville y Shriek: An Afterword de Jeff VanderMeer. Hasta entonces no sabía que existía algo llamado New Weird… He visto en alguna otra entrevista tuya que encuadras Her Fingers en el género bizarro ¿Es “Bizarro” y “New Weird” lo mismo para ti? ¿Por qué?
Tamara Romero: Her Fingers está publicado en un sello de Eraserhead Press que se llama New Bizarro Author Series, pero cuando lo escribí no sabía que existía este género. Por lo que he observado, leído y escuchado de mano de los autores —fui a la Bizarro Con en noviembre a presentar el libro— Bizarro y New weird no es lo mismo. El New Weirdestá enclavado en una tradición más literaria. Bizarro puede tener un tono más satírico, humorístico o hasta gore y suele ser en un formato más breve. En el último año he leído a bastantes autores bizarros. Hay libros que me han encantado pero creo que Her Fingerssí tiene una voluntad más literaria. De todas formas no me preocupan mucho estas categorías ni los debates sobre género. Si a la editorial le ha parecido que le encaja en su sello, yo estoy encantada.
CJ: Sin ser experta en géneros o temáticas, quiero compartir contigo una sensación que tengo con respecto a Her Fingers y que se aplica a las obras de Miéville y VanderMeer e incluso algunas de Ken Liu. La fantasía urbana, el New Weird o el Slipstream son, al final, formas actualizadas de afrontar la ficción especulativa, explotando la irrealidad o la potencialidad imaginativa de las situaciones cotidianas. ¿Qué opinas?
TR: Yo soy lectora de China Miéville y de Vandermeer y me parecen los dos autores más interesantes a día de hoy porque han abierto nuevas vías. Tengo la sensación de que cuando ellos “explotaron” la literatura especulativa perdió un poco la inocencia. Por un tema generacional me quedan más cerca que Michael Moorcock o M. John Harrison, a los que no he leído tanto. Elevan sus ciudades a categoría de personajes y creo que eso es uno de sus distintivos. Crean personajes reales y complejos, y situaciones cotidianas en un entorno fantástico bien construido. Creo que esa es la clave.
CJ: Estaba repasando las referencias que encontramos en la historia: steampunk, ciberpunk, biopunk, brujas que parecen serlo más de nombre que de otra cosa, fantasía urbana pero también rural… Es increíble que haya tantos madejas de hilo en una caja tan pequeña. ¿Cómo estructuraste el proceso de construcción de esta historia?
TR: Recuerdo que empecé a escribir la historia en primera persona y cuando estaba hacia la mitad me di cuenta que necesitaba tener también la visión del personaje femenino, la bruja que aparece flotando en el río, para poder entrecruzarlas. Así que escribí los dos puntos de vista y los alterné. Pensé en cada capítulo como una mini-historia que revelase algo diferente de esa sociedad. En Her Fingers hay mucha información y es algo que muchas veces consideramos defectuoso en las primeras novelas, porque tendemos a poner TODO en lo primero que escribimos. Si la hubiera escrito ahora hubiera ocupado muchas más páginas, no hubiera sido tan intensa.
CJ: Una de las cosas que más me han gustado son los tres nombres de los personajes. Paul Atreides era también Muad´Dib entre los Fremen de Dune. Dejas entrever que existen prácticas esotéricas asociadas a la utilización de uno u otro nombre, o casos especiales para utilizar los tres al mismo tiempo. ¿Pertenecen los nombres propios a una dimensión mágica? ¿Crees que la letra impresa –o incluso pixelada- está poseída de cierta magia en el mundo moderno?
TR: En Her Fingers los personajes tienen tres nombres y utilizan uno u otro según la situación y según la persona con la que interactúen. Eso les permite tener “varias vidas”. Solo dicen sus tres nombres si alguien les salva la vida. Es una costumbre yimlana antigua y pertenece a la tradición de ese mundo. En la historia, además, me venía perfecto que tuvieran tres nombres por motivos que es mejor no decir para no “spoilear”. Me gusta recurrir a la magia en las historias en sus variantes oscuras, a lo Alan Moore o Aleister Crowley, o la magia del caos. Y el ilusionismo. En la historia que he acabado de escribir recientemente hay una hechicera que levita y camina sobre las aguas de un lago, y monta espectáculos delante de todo el pueblo. Va por ahí con una capa lila y hay quien se ríe de ella. Ese tipo de cosas me interesa.
“La ficción especulativa sirve para darle una vuelta de tuerca a nuestra realidad y elevar a otra potencia nuestro escenario”
CJ: Me han gustado e interesado mucho los aspectos sociales que tocas en la narración. De alguna forma, denuncias las tácticas que los estados (más o menos autoritarios) practican a la hora de controlar al pueblo, sobre todo en lo que se refiere a la juventud. Hablas de implantes metálicos como búsqueda de la inmortalidad y de consumo legal de drogas como una forma de evadir la realidad. ¿Crees que el futuro de una parte de la sci-fi pasa por denunciar ciertas prácticas político-económicas?
TR: La ciencia-ficción puede ser un artefacto tan bueno como cualquier otro y ya lo hicieron en su día autores clásicos como Ursula K. Le Guin en La mano izquierda de la oscuridad, que considero una novela perfecta y está entre mis favoritas. La ficción especulativa sirve para darle una vuelta de tuerca a nuestra realidad y elevar a otra potencia nuestro escenario.
CJ: No podía evitar pensar en la protagonista de la película El piano de Jane Campion tocando al final de la historia con su dedo de metal. Misadora me ha resultado una heroína accidental de su propia vida. Por una parte, parece ansiosa por vivir nuevas experiencias y, por otro lado, busca la estabilidad de una vida segura en otra dimensión. ¿Qué hay de autobiográfico en ella?
TR: No estoy segura de que haya algo autobiográfico en la historia. (Me gusta muchoJane Campion, por cierto). Escribí Her Fingers (o Sus dedos) hace cinco años, y creo que por entonces acababa de leer Las nieblas de Avalon y estaba un poco afectada por el personaje de Morgana. También leía cosas sobre paganismo y estaba muy interesada en los estudios de género (ahora no tanto). Creo que de todo esto se desprende que la historia tenga un fondo un poco new age y esto es fruto seguramente de mis lecturas de entonces. Así que no, no hay nada autobiográfico. Sí hay referencias a cosas que leía y para escribir el personaje de ella me inspiré en las mujeres de los cuadros prerrafaelitas, como La Dama de Shalott.
CJ: La enfermedad a la que aludes, La Mordaza, ¿es una metáfora sobre la sociedad actual?
TR: La Mordaza es una enfermedad del sueño, por tanto de la mente, pero tiene un desagradable síntoma físico que es una pigmentación muy agresiva de la piel, que se vuelve de color lila. En la historia, alguien con ese color de piel ha tenido unas pesadillas muy agresivas: se ven amordazados y no consiguen despertarse. En la historia está relacionado con las secuelas que ha dejado una dictadura. Aunque cuando escribí Her Fingers los tiempos no eran tan sombríos como los que estamos viviendo ahora.
CJ: ¿Qué ingredientes crees que debe tener una historia de ficción especulativa de calidad?
TR: Lo que más valoro es que sea imaginativa y que el autor sea generoso con su imaginación. Que el mundo que construyan sea muy sólido. Por lo general si lo es, tendrá la necesidad de volver a él para contar otras historias que sucedan ahí. Y lo que te decía antes: personajes reales y complejos, y situaciones cotidianas en un entorno fantástico bien construido.
CJ: Tú optaste por buscar el apoyo de una editorial extranjera para dar salida a tu proyecto. ¿Se debió a la situación de crisis existente en el mundo editorial español o a que crees que el género en el que te mueves necesita canales más internacionales para dar a conocer las novelas?
TR: Les envié el texto porque estaban buscando autores nuevos y necesitaban una historia corta (15.000 – 20.000 palabras). Yo la tenía escrita, solo tenía que traducirla. Envié los dos primeros capítulos en inglés y me dijeron que les encantaba y que les enviara el resto. Nunca pensé en publicarla aquí antes, ni en publicarla en general. Era un texto que escribí hace tiempo y que guardé en un USB. Lo escribí para comprobar si era capaz de escribir una historia un poco larga (sin llegar a la extensión de una novela), como aprendizaje. Empezar publicando en inglés no es lo común, pero las cosas han ido así por casualidad.
CJ: Suelo hacer esta pregunta a todos los autores a los que entrevisto para conocer su opinión sobre el mercado editorial en nuestro país. ¿Qué opinas de las nuevas fórmulas de publicación (crowfunding, co-publicación o auto-publicación)?
TR: Me gusta mucho leer sobre auto-publicación y sigo con mucha atención todas las novedades al respecto. Lo tengo en mente y no entiendo por qué hay escritores a los que les provoca todavía recelo. Creo que la figura del editor es necesaria siempre, en todo caso. No entiendo cómo hay quien publica su trabajo en Amazon sin contratar a un editor y un diseñador profesional. Me parece muy atrevido. Yo necesito un editor siempre. Tengo tendencia al exceso y por lo general me han de parar un poco los pies para que el texto esté un poco contenido, aunque espero ir mejorando esto con el tiempo. Por otra parte he sido editora y he trabajado en marketing editorial varios años así que conozco muy bien el proceso. En un mundo ideal me gustaría trabajar con editoriales que cuiden mucho la producción del libro y el diseño, y sean “justas” con los precios en formato electrónico, pero también me encantaría auto-publicar algunas cosas en el futuro, trabajando con un editor freelance. Hoy por hoy la verdad es que tengo muchas ganas, y me guío también por mi experiencia como lectora. Prácticamente solo leo en e-book.
CJ: Has mencionado en las redes y en otros medios que estás trabajando en una novela larga y en otros temas. ¿Podrías contarnos algo de tus proyectos futuros?
TR: He acabado de escribir hace poco una novela larga en castellano que me ha llevado bastante tiempo, pero ahora tengo por delante una fase larga de correcciones porque la trama es compleja, así que no la considero acabada. Me gustaría mucho que viera la luz a lo largo de 2014, aunque no hay prisa. Es una historia de fantasía urbana sobre unas detectives, con la que me lo he pasado realmente bien. También estoy trabajando en un par de proyectos para una editorial española, con historias algo más cortas. Creo que uno de ellos saldrá en muy poco tiempo, pero como aún no sé la fecha exacta esperaremos un poco para dar más detalles. Por último me gustaría escribir dos o tres novelas cortas más en este año. Ahora mismo estoy desarrollando esas historias.
¿Habéis visto alguna vez dormir a una criatura virtual? Porque el blog se ha quedado traspuesto después de que terminara de leerle Her Fingers. Le veo dormir por primera vez: no tiene los ojos cerrados, ni está en posición horizontal. La mejor forma de describirlo sería diciendo que levita, como si estuviera inmerso en una especie de trance. Eso, o es un efecto secundario de los gases.