Continúa la entrevista con Amy Thomson, autora de El color de la distancia iniciada en la entrada anterior.
Cristina: Para mí, una de las cosas más emocionantes de la historia tiene que ver con la crisis de identidad de Juna después de su transformación. Ella pasa de tener un punto de vista androcéntrico sobre la vida a adoptar otro en el que empieza a entender y apreciar a los Tendu. ¿Podría explicar cuál es su idea de lo que significar ser humano?
Amy Thomson: Hmm… realmente nunca pensé en lo que significa “ser humano” per se. Los humanos son criaturas cambiantes e increíblemente diversas. No estoy segura de que pueda ofrecer una definición concreta. Quiero decir que somos una especie que ha conseguido dominar entornos que van desde la selva al desierto del Calahari o el Ártico. Hemos desarrollado numerosas civilizaciones complejas.
La mayoría de mis extraterrestres engloban aspectos que se pueden encontrar en casi todas las civilizaciones humanas, mezclado con trazos biológicos y comportamientos de varias especies animales. Simplemente me parece que no nos paramos a pensar en cómo se vería nuestro mundo a través de ojos diferentes. Uno de los objetivos de mis escritos ha sido intentar que la gente lo haga.
C: Cuando alguien me pide que categorice este libro, siempre respondo que yo lo describiría como ciencia ficción eco-étnica. ¿Cómo describiría su trabajo en general y El Color de la Distancia en particular?
A.T: Eco-étnico es una estupenda descripción de lo que hago. También he adoptado la acepción de la escritora checa de ciencia ficción Eva Hauser de “Bio-punk” y, más frecuentemente, “eco-feminismo”.
C: Me sorprendió que otros también encontraran numerosas coincidencias entre la película Avatar de James Cameron y su libro: Tanto los Tendu como los Na’vi parecen compartir un tipo de relación simbiótica con su entorno; Juna y Jake Sully sufren una transformación física; el planeta de la película y el del libro están cubiertos de selva tropical… ¿Ha observado usted coincidencias? Si es así ¿qué opina de ellas? Si no es así ¿por qué cree que tanta gente cree haberlas encontrado?
A.T: En realidad, lo primero que pensé cuando ví los trailers de Avatar pensé: <<¡Dios mío¡ ¡Ha rodado El Color de la Distancia!>>. Avatar es una película increíble, una gozada visual que se parece a El Color de la Distancia en muchas cosas. Con frecuencia me he preguntado si James Cameron había leído el libro, pero nunca he podido saberlo. Me identifiqué profundamente con los Na’vi y cuando los humanos los atacaron, fue muy doloroso verlo. Llevamos a mi hija con nosotros a ver la película. No estaba segura de si estaría preparada para una historia tan intensa, pero fue ella la que terminó dándome palmaditas en el brazo y diciendo “tranquila que todo va a salir bien”.
Una de las cosas en las que El Color de la Distancia se diferencia de Avatar es que yo no arraso la selva tropical. Tampoco destruyo una cultura intacta y floreciente. Eso sería muy fácil y, francamente, se ha hecho hasta la saciedad. Después de leer libro tras libro describiendo la dolorosa destrucción de la selva, quería proporcionar a la gente una que se mantuviese intacta para que se enamorasen de ella y para que aprendiesen a entender. Esperaba que consiguiese emocionar a las personas para que apreciaran mejor lo que estamos destruyendo a un ritmo terrorífico.
C: Para finalizar, me gustaría preguntarle sobre el papel de las mujeres en la ciencia-ficción. Siendo yo misma una escritora en ciernes del género, la gente se suele sorprender cuando les comento qué tipo de literatura me gusta e intento desarrollar. Hay casos muy conocidos en la literatura fantástica -como el de J.K. Rowling– en el que las mujeres han tenido que modificar sus nombres para que los editores apostaran por sus trabajos. ¿Cómo describiría la aportación de las mujeres en la literatura de ciencia ficción?
A.T: Pienso que las mujeres siguen aportando perspectivas frescas en este campo. Durante mucho tiempo el punto de vista por defecto de este género, al menos en América, era blanco y masculino. Aunque las mujeres han contribuido a la ciencia ficción cada vez más desde los años 70, las perspectivas tendían a caer en el mismo modelo masculino. La ciencia ficción desarrollada por mujeres es una especie de llamada de atención que nos anima a ver el mundo de una manera nueva, que es la premisa central de cualquier buena historia de este género.
Para mí el cambio más interesante en la ciencia ficción americana tiene que ver con la creciente diversidad entre las escritoras. Estamos asistiendo al flujo de autoras africano-americanas de talento como Nalo Hopkinson, Nisi Shawl y Nnedi Okorafor. Gran parte de esta diversidad se ha fomentado en Wiscon, la convención feminista de ciencia ficción. Este evento ha sido la cuna del Premio James Tiptree para el trabajo de ciencia ficción que mejor explora el tema del género.
C: Nos gustaría saber cuáles son sus proyectos actuales.
A.T: En este momento estoy trabajando en las revisiones de un libro titulado Nómada, que es una historia de amor entre dos personas cuyas culturas están en guerra entre sí y que tiene lugar en un planeta colonizado por mongoles. También tengo circulando un relato sobre un robot budista que busca la iluminación.
C: Me gustaría agradecerle una vez más en nombre de Libros.com que nos haya dedicado su tiempo con tanta generosidad. Pocas veces se tiene la oportunidad de interactuar con una de las escritoras que uno más admira. Ha sido un sueño hecho realidad y gran placer.
A.T: Gracias. ¡Me he divertido!