La entrevista que viene a continuación confirma mis sospechas: este blog tiene vida propia. No contento con hacernos sudar la semana pasada analizando la novelasteampunk Terminal World, ha decidido ponerme a prueba exigiéndome una muestra de mi dedicación. Me ordena -si queridos lectores, oís bien- que no ceje en el intento de obtener las impresiones de su autor. Este blog empieza a parecerse demasiado al egocéntrico súper-ordenador de la película El engendro mecánico (1977) y cualquier día le escucharé decir “estoy vivo”… o directamente “soy tu padre”… ya puestos.
Aprovechando el enorme poder de conexión de las redes sociales, he conseguido que el propio Alistair Reynolds accediese a responder a unas preguntas y el resultado es el que aparece a continuación.
Cristina: Me gustaría darle las gracias por tomarse el tiempo para contestar algunas preguntas para el blog. En nombre de los ávidos lectores de sus obras del mercado en lengua española, se aprecia enormemente su gesto.
Alastair Reynolds: Sin problemas…
C: Aunque ha escrito varias novelas maravillosas, nosotros vamos a centrarnos en Terminal World. Parece que uno estuviera recorriendo los túneles de Steamville y casi pudiera sentir el sudor cayéndole por la frente, como si navegara a bordo de los dirigibles de Swarm y el viento le golpeara la cara. ¿Podría contarnos de dónde surgió la inspiración para esta historia?
AR: La idea venía germinando desde hacía un par de años, tal vez como reacción a los mundos altamente tecnológicos de los últimos libros que había publicado antes (Casa de Soles, El prefecto…) Quería distanciarme de las naves espaciales y de los viajes interestelares y ser capaz de escribir algo un poco más enfocado a un planeta. Desde el principio tuve en mente a un protagonista que fuera un tipo de doctor o curandero pero desde otro enfoque. El resto, simplemente se sucedió por sí solo…
C: Parece que la mayoría de los personajes de Terminal World comparten un cierto estatus marginal: Quillon es un ángel que vive bajo una identidad prestada, Nimcha es una poderosa tectomancer estigmatizada por la sociedad, Meroka es una especie de guardaespaldas callejera… ¿de qué manera construye los personajes y sus relaciones?
AR: No creo que nunca haya iniciado un libro con las ideas claras sobre, como máximo, uno o dos personajes. Estos tienden a evolucionar orgánicamente al tiempo que la historia se va delineando, ganando (siempre espera uno) profundidad y singularidad. Teniendo en cuenta la situación de Quillon, parecía natural que se asociara solo con marginados en vez de con aquellos que tuviesen un acceso directo al poder y/o a la tecnología. Una de las cosas que quería desarrollar era la idea de una amistad complicada entre Meroka y Quillon; es muy fácil caer en una antipatía repleta de discusiones entre personajes, pero sentí que sería todo un desafío escozar una relación improbable pero convincente entre estas dos figuras marginadas (como tú dijiste), ambos con su pasado y sus secretos.
C: Usted es conocido como escritor de ciencia ficción “dura” y ópera espacial. Algunos argumentan que eso se debe a su formación en Astronomía. ¿Por qué se decantó esta vez por el steampunk?
AR: No pretendía que se tratase únicamente de steampunk pero era seguro que algo de ese tipo de estética iba a aparecer. Creo que tiene relación con tu primera pregunta; se trataba del cambio de atmósfera y de paisajes que yo necesitaba. Tengo que añadir que muchas de mis novelas anteriores incluían creaciones góticas o de steampunk de un modo u otro, por lo que no creo que me alejase demasiado de mis prácticas habituales. Cuando ya llevaba escrita media novela, era ya totalmente normal recurrir a tipo de estética –dirigibles en vez de naves, ciudades en vez de planetas- aunque el resto del proceso de creación permaneciese igual.
C: En su página web (www.alastairreynolds.com) muestra gran cantidad de información sobre su obra, la manera en la que entiende la escritura y sus futuros proyectos. También dispone de una cuenta muy activa en twitter (@AquilaRift). ¿Qué opinión le merecen el impacto de las redes sociales en la relación entre escritor y lector?
AR: Todavía estoy formándome una opinión al respecto. Soy bastante suspicaz con respecto a las redes sociales. He pasado por todas las fases en mi interacción con este mundo, partiendo desde un cierto escepticismo e incluso recelo. Por ejemplo, ha pasado bastante tiempo hasta que he creído que sería prudente tener un blog y tuve que esperar aún más tiempo antes de aceptar comentarios.
El salto a Twitter es otro paso en el proceso y de nuevo lo enfrento con mucha cautela. Puedo decir que, en lo que a mí respecta, el culto al autor ha muerto. Internet, los blogs y las redes sociales han hecho que los escritores sean accesibles de manera ilimitada. El riesgo está en que no hay necesidad de que nadie se esfuerce por conocer a un autor en persona. Recibo muchos e-mails y tuits de gente que me pregunta cuándo voy a firmar libros en determinada ciudad o país, pero cuando llega el día de la firma, generalmente sólo hay unos pocos presentes.
Obviamente hay un cierto factor de espectáculo público en cada entrada del blog que hago o en cada tuit. Soy sincero sobre ello, pero no hasta el punto de llegar a la locura. Tengo una vida privada también; hay muchas cosas que no compartiría en la red.
C: He leído que no tiene intención de escribir una secuela de Terminal World. ¿Por qué escribió un final abierto?
AR: Me temo que un final abierto para una persona es un final ambiguamente satisfactorio para otra. Es imposible complacer a todo el mundo y ni siquiera creo que se deba intentar. En mi opinión, los principales misterios en Terminal World se resuelven al final del libro, aunque aún se adivina que habría nuevas aventuras esperando a los personajes si éstos así lo eligieran. ¿Qué le sucede a Quillon? No lo sé.
C: Para terminar, ¿qué puede contarnos (sin revelar demasiado) sobre su próxima novela Blue Remembered Earth?
AR: Acaba de salir, por lo que corro el peligro de matar de aburrimiento al público si sigo hablando tanto sobre el libro. Es una historia ambiciosa sobre el futuro de la exploración espacial a lo largo de 150 años y sobre cómo sería el mundo en el siglo 22. Intento ofrecer una visión realística sobre dónde podríamos encontrarnos en una sociedad post-cambio climático. África sería un importante poder económico, algo que parece totalmente posible.
C: Gracias de nuevo por permitirnos conocer un poco mejor tanto a usted como a su obra.
AR: No hay de qué.