El desembarco en el panorama editorial español del sello Fata Libelli http://fatalibelli.com es una de las mejores noticias que se han dado en el sector en las últimas semanas. Utilizando un modelo de suscripciones, publica títulos en formato digital -sin DRM- pertenecientes a la ciencia ficción y la fantasía, proponiendo compilaciones a buen precio de relatos traducidos del inglés. Susana y Silvia son las fundadoras, promotoras, gestoras, traductoras, blogueras, editoras y almas mater de esta iniciativa que comenzó su andadura oficialmente hace ahora unas semanas con la publicación de Sui Generis una colección de relatos weird que os recomendamos desde aquí. En concreto este libro recoge los cuentos “La señora Medianoche” de Reggie Oliver, y “THYXXOLQU” de Mark Samuels, además de la novella “Ynys-y-Plag” de Quentin S. Crisp.
Lo extraño que se cuela por las grietas de la realidad
Sui Generis comienza con “La señora Medianoche”, el relato de Reggie Oliver que actualiza las historias de fantasmas con un estilo que a mí me ha recordado a la prosa macarra e incisiva de Martin Amis. En realidad es una imagen panorámica de los vicios de la sociedad actual –el materialismo, la superficialidad, el individualismo maximizado- encarnados en la figura de un protagonista que es hombre de éxito en decadencia y que caerá en las garras de una demencia de regusto proteico, si se me permite. Oliver consigue deslizar en la existencia completamente insustancial y banal del personaje principal suficientes elementos perturbadores como para que el final resulte verosímil, dentro del género fantástico-terrorífico en el que se enmarca. Para un análisis eficaz y completo de las referencias del cuento, os animamos a leer este post del blog El Almohadón de Plumas.
Después de abrir boca con Oliver, un hor d´ouvres muy apetecible, llegamos a los entremeses con “THYXXOLQU” de Mark Samuels. Uno de los aspectos más encantadores de este texto es que utilice la publicidad (soy Publicista, por si no lo habíais adivinado) como vehículo maligno de una extraña enfermedad que sacude a la sociedad. De nuevo nos hallamos ante uno de los aspectos más interesantes para mí del género weird: la utilización de elementos fantásticos como forma de crítica social. Es llamativo que sea precisamente la capacidad de comunicación la que se vea en peligro, en un momento en que se han disparado los medios a través de los cuáles podemos relacionarnos directamente con otras personas. El cuento incide sobre ese aspecto y sobre el peligro a la sobre-exposición comunicativa, aunque lo haga de una manera sutil, casi velada, utilizando la enfermedad idiomática que el protagonista primero observa y luego adquiere.
Terror esencial
Hay sensaciones que uno guarda para sí mismo porque son tan estremecedoras y privadas que exponerlas sería algo así como mancillarlas. Eso es lo que a mí me sucede con la soledad, que tiene una dimensión íntima que hace que contar cualquier cosa relacionada con ella resulte casi impúdico. El cuento de Quentin S. Crisp es perturbador porque describe de una manera metódica y precisa esa dimensión privada de la que hablaba. Mientras lo leía, no podía parar de horrorizarme. Es tan exacto en sus descripciones de los estados de ánimo asociados con el aislamiento y la introversión que asusta… por lo menos, lo consiguió conmigo en unas pocas páginas, como si el tal Crisp me conociera de una manera que ni yo mismo lo hiciera y lograra narrar emociones enterradas y vigiladas para que no remontasen a la superficie. Os parecerá que estoy exagerando, pero os aseguro que estoy más cuerda que nunca.
La historia del fotógrafo que permanece unos días en el pueblo galés de Ynys-y-Plag, el título del relato, para tomar imágenes de la naturaleza está escrita en su comienzo como si fuera una especie de diario, aunque enseguida descubrimos que se trata del prólogo a una nueva edición de un libro de instantáneas. Lo que comienza como una explicación del trabajo realizado se convierte en una historia donde la mitología local, aquella formada por seres medulares que poco tienen que ver con otros panteones populares. Me refiero a criaturas que representan los temores esenciales del ser humano como son la locura y la alienación y que se presenta en forma de maldad sin aditivos ni colorantes. Lo más inquietante de esta novela corta es el contraste entre un estilo pulcro de descripciones minuciosas con una trama que no arranca hasta la mitad de la historia. La manera en la que el narrador, en primera persona, parece distanciarse de lo narrado resulta a veces sobrecogedora. Su falsa frialdad y aparente objetividad se oponen, en mi opinión, de manera intolerable –entiéndase como “intolerable” como “extremo”- con la profundidad de las emociones descritas.
Decir que “Ynys-y-Plag” me gustó sería faltar a la verdad porque mi deleite va más allá. Me atrajo desde las primeras líneas, me repelió en otros momentos y fui leyendo a trompicones, con la extraña sensación de que era el autor el que estaba leyendo dentro de mí. En realidad, creo que podría definir mi relación con este relato como el de una ventana abierta desde el otro lado que yo ya no soy capaz de cerrar por mucho que lo intente, para evitar esa corriente aire gélido que penetra. Ojalá haya otros textos capaces de removerme las entrañas, como mi amigo Miquel dice, de esta manera. Lo recomiendo vivamente pero advierto que puede tener efectos secundarios si el lector es sensible. Yo, desde que la leí, no salgo sola al jardín.
Creo que la labor de los traductores Silvia Schettin y Raúl García Campos ha servido no solo para hacer justicia a la calidad de los textos sino para, si cabe, acentuarla. En cuanto a la elección de las historias que componen esta recopilación, su acierto estriba en la variedad de temas, en la intensidad de la inquietud que provocan y en la aptitud literaria de los autores, grandes desconocidos para mí hasta el momento que no lo serán más, si puedo evitarlo.
Fata Libelli apuesta fuerte con Sui Generis y creo que sale ganando al ofrecer textos diferentes, poco conocidos para el público de habla española, tratados con mimo desde el punto de vista editorial y de la traducción. Esperamos con ansia Hic sunt dracones: ‘Sueños imposibles’ y otras historias de Tim Pratt, el próximo título de esta editorial que tiene prevista su salida este mismo mes.
Suena como una antología fascinante ya el tema lo es
Felicitaciones a la editorial
Saludos
Ricardo
Gracias por pasarte por aquí, Ricardo. Es muy recomendable 🙂